Washington. El sector de servicios de Estados Unidos repuntó inesperadamente en julio, ya que los nuevos pedidos crecieron de forma sólida, apoyando la opinión de que la economía no estaba en recesión a pesar de la caída de la producción en el primer semestre.
El sondeo del Instituto de Gerencia de Abastecimiento (ISM) del miércoles también mostró que los cuellos de botella de la oferta se estaban aliviando, con una medida de los precios pagados por las empresas anotando su mayor descenso desde 2017. Pero la escasez de mano de obra, especialmente de conductores de camiones, persistió.
“Los problemas de disponibilidad con el transporte terrestre, una reserva de mano de obra restringida, la escasez de diversos materiales y la inflación siguen siendo impedimentos para el sector de los servicios”, dijo Anthony Nieves, presidente del Comité de la Encuesta Empresarial de Servicios del ISM.
El PMI no manufacturero del ISM repuntó hasta una lectura de 56.7 el mes pasado, frente a los 55.3 de junio, con lo que puso fin a tres descensos mensuales consecutivos. Trece sectores, entre ellos la minería, la administración pública y el comercio al por mayor, registraron un crecimiento. Pero la agricultura, la silvicultura, la pesca y la caza, así como el comercio minorista y las finanzas y los seguros se contrajeron.
Los economistas encuestados por Reuters habían previsto que el PMI no manufacturero bajara a 53.5. Una lectura superior a 50 indica una expansión en la actividad del sector de servicios, que representa más de dos tercios de la actividad económica estadunidense.
Contraste con el sector manufacturero
El sorprendente repunte se produjo después de que la encuesta manufacturera del ISM mostró el lunes una moderada desaceleración de la actividad fabril el mes pasado.
Además contrasta con la encuesta de S&P Global, que muestra que el sector de los servicios se contrajo en julio.
El gobierno informó la semana pasada que la economía se contrajo 1.3 por ciento en el periodo enero-junio.