La crónica La fuga de Siberia en un trineo de renos, escrita por León Trotsky, lo muestra en su aspecto más humano, joven, que todavía tiene una frescura en la expresión
; entonces, sus vinculaciones políticas no se han establecido ni su formación filosófica ha finalizado
, explica el escritor Leonardo Padura a propósito de ese libro, que será presentado mañana.
El narrador cubano, autor de la reconocida novela El hombre que amaba a los perros, protagonizada precisamente por Trotsky, dice a La Jornada en charla telefónica desde La Habana que el texto, publicado por Siglo XXI Editores por primera vez en español y traducido del original en ruso, exhibe a un Trotsky “tal como era en esos momentos; tiene una frescura en la expresión de lo que piensa y lo que siente, que después se verá comprometida.
“El lector encontrará a un escritor que todavía no tiene el dominio del oficio que va a tener después (…), pero hay una serie de preocupaciones, miradas hacia la realidad y el ejercicio literario que ya están presentes. Eso es lo que pasa en este pequeño texto de Trotsky que se ha publicado y ha tenido una difusión que me sorprende y me resulta muy interesante.
“Leer a Trotsky, todavía en un proceso de formación ideológica y de formación cultural de La fuga de Siberia en un trineo de renos –traducido por Irina Chernova–, me resultó muy agradable porque tiene ahí una gran capacidad narrativa de penetrar en los ambientes, en los personajes y las situaciones, así como esa gran capacidad descriptiva.”
Padura menciona que una de las razones para esta atención entre los especialistas de Trotksy es que ahí encuentran el origen de esa figura que madurará en los siguientes años y se convertirá en el gran político, líder y escritor que fue en los siguientes años.
Leonardo Padura (La Habana, 1955), autor de la presentación en La fuga de Siberia en un trineo de renos, explica que “Trotsky ocupa un espacio importante en la historia del siglo XX mexicano porque cuando llega al país, éste vive un momento decisivo. Coincide en el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas y la etapa en que se está institucionalizando el proceso revolucionario que había comenzado 20 años antes. Trotsky está cerca de este proceso.
Alrededor suyo están otras figuras que tienen una proyección universal: Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, dos de los grandes artistas mexicanos del siglo XX; además, está la historia de que tuvo un romance con la pintora Frida Kahlo.
El novelista menciona que “algo curioso respecto a la importancia de la figura de Trotsky es que cuando fue asesinado en 1940 prácticamente estaba solo. Era un momento de gran polarización de las ideologías, ya comenzada la Segunda Guerra Mundial. Todas las fuerzas de la izquierda se alinean con la Unión Soviética, dirigida por Stalin. Sin embargo, el crimen le vuelve a dar una fuerza a su personalidad, a su figura, y comienzan nuevos movimientos trotskistas sobre todo en América Latina.
“Trotsky, en algún momento de su exilio y su clandestinaje, fue apodado La Pluma porque era un hombre con una gran capacidad expresiva a través de la escritura; era un polemista, un escritor y un orador notable. Escribió textos muy importantes. Su Historia de la revolución rusa es un libro fundamental para entender qué cosa fue el movimiento bolchevique, cómo se gestó; su autobiografía Mi vida también está escrita con una gran calidad literaria.”
El ganador del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015 recuerda que se interesó en la figura de León Trotsky por ignorancia. En los años 70 estudiaba en la universidad y tuve un interés por saber quién era ese personaje del cual nada se decía y parecía que había estado cerca de todos. Solamente había dos libros publicados en la Unión Soviética que lo calificaban de falso profeta, de traidor, eso despertó más mi curiosidad
.
Añade que cuando visitó en 1989 la casa del revolucionario en Coyoacán “me provocó una gran conmoción. Ver este lugar con sus muros, estas torres de defensa, me demostró hasta qué punto Trotsky había buscado uno de los rincones del mundo y hasta ahí había llegado el brazo de Stalin.
“Después seguí buscando información sobre este personaje, fui conociendo más y viendo que tal vez su asesinato, de alguna forma, podría tener una carga simbólica muy grande respecto al desarrollo, al devenir, al destino de la gran utopía igualitaria, y decidí escribir la novela El hombre que amaba los perros, que se publicó en 2009.”
Leonardo Padura sostiene que se ha propuesto “escribir una literatura que tenga una relación con la sociedad que estoy viviendo. En mis personajes, desde Mario Conde, de esa serie de novela policiaca, o de los personajes de novela histórica, como La novela de mi vida, El hombre que amaba los perros, Herejes y la más reciente, Polvo en el viento, siempre hay una mirada a la realidad, a la sociedad cubana desde la perspectiva de mi generación.
“En el caso de El hombre que amaba a los perros, en la que aparece un personaje como Trotsky, fundamentalmente un político que vivió en el centro de la política del siglo XX, mantengo esta tendencia a tener una perspectiva social, desde mi posición de ciudadano con la capacidad de escribir y la capacidad de reflexionar sobre la sociedad en la que vivo y de la cual me alimento como escritor.”
El texto La fuga de Siberia en un trineo de renos, de León Trotsky, se presentará mañana a las 19 horas, por Olivia Gall y José Woldenberg, en la librería Mauricio Achar (Miguel Ángel de Quevedo 121).