Ciudad de México. La Secretaría de Salud (Ssa) confirmó, hasta el pasado 31 de julio, 91 contagios de viruela símica, de 236 identificados que cumplen la definición operacional de caso probable, de acuerdo con el Informe Técnico Semanal de Vigilancia Epidemiológica sobre esta enfermedad.
Los casos positivos fueron confirmadas por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), y se encuentran distribuidas en 15 entidades: Ciudad de México, 45 contagios; Jalisco, 22; Nuevo León; Tabasco; y Veracruz, con tres confirmaciones positivas, respectivamente.
Le sigue estado de México; Oaxaca; Puebla; Quintana Roo; Yucatán, con dos casos; mientras que Baja California; Baja California Sur; Colima; Chiapas y Sinaloa, reportan un caso por entidad.
De los 236 casos identificados que cumplen la definición operacional, además de los 91 confirmados, 50 están en estudio, 95 han sido descartados por diagnóstico de laboratorio y no se reportan defunciones secundarias a la enfermedad.
La Ssa detalló que 92 por ciento de las personas afectadas son del sexo masculino y ocho por ciento, femenino. Casi la mitad tiene entre 30 y 39 años.
En lo que va del año, en el mundo se han registrado 19 mil 178 casos confirmados de viruela símica en 78 países, territorios y áreas en las seis regiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS); así como cinco defunciones: dos en República Centroafricana y tres en Nigeria, países en los que es endémica la enfermedad.
La viruela símica o del mono se transmite por contacto directo con las secreciones de una persona enferma a través de mucosas o lesiones de la piel, gotitas respiratorias y objetos contaminados con los líquidos corporales; así como por contacto directo con animales enfermos como monos y roedores; por comer carne mal cocida y otros productos de animales contaminados con el virus.
En México, la viruela símica no es una enfermedad endémica, por lo que la transmisión es principalmente por contacto estrecho (incluidas las relaciones sexuales) con personas infectadas durante su periodo de contagio o a través de objetos contaminados (ropa, ropa de cama, toallas y otros).
Los principales síntomas son fiebre de inicio repentino de 38 grados o más, dolor de cabeza, fatiga y debilidad, dolores musculares, inflamación de los ganglios linfáticos, y particularmente lesiones en la piel que se caracterizan por tener ampollitas con un ombligo en su centro.
La dependencia federal indicó que la enfermedad se puede prevenir al evitar contacto físico directo con personas enfermas o con sospecha, así como con objetos de uso personal y materiales usados para la atención médica; se recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizar gel antibacterial.
La persona enferma debe cubrir nariz y boca con la parte interna del codo al estornudar o toser (etiqueta respiratoria); evitar compartir alimentos, bebidas, cubiertos y platos. Tanto las personas enfermas como quienes están a su alrededor deben usar correctamente cubrebocas para reducir riesgos.
Las personas que cuidan a familiares con la enfermedad deben lavar con agua tibia y detergente la ropa, toallas y sábanas de la persona enferma y los utensilios para comer; además, limpiar y desinfectar superficies contaminadas. En caso de presentar síntomas, las personas enfermas deben evitar acercarse a otras personas y acudir a lugares públicos.