La junta militar de Malí acusó este domingo al presidente francés, Emmanuel Macron, de fomentar el odio étnico en Malí, y aseguró que Francia "siempre ha trabajado" por la división y la partición de su país.
Estas acusaciones fueron la respuesta a las declaraciones que el mandatario francés realizó el pasado 28 de julio en su visita a Guinea Bissau, en las que aseguró que el gobierno transitorio de Malí "es cómplice" del grupo militar privado ruso Wagner por su "ineficaz" lucha contra el terrorismo.
"Dado que está claro que las decisiones tomadas este jueves por la junta de Malí y su complicidad de facto con la milicia de Wagner son particularmente ineficaces en la lucha contra el terrorismo, ese ya no es su objetivo y eso es lo que presidió nuestra decisión de abandonar Malí", sostuvo Macron apelando a la salida del embajador francés del país del pasado 31 de enero, de acuerdo con la prensa francesa.
Como consecuencia, la junta militar maliense mostró su "profunda indignación" y condenó los comentarios, los cuales calificó de "odiosos y difamatorios".
"El gobierno de Transición llama a la opinión nacional e internacional a ser testigo de estas graves acusaciones que pueden despertar el odio étnico y socava la convivencia, la cohesión y la armonía entre los malienses", señaló el Ejecutivo transitorio en un comunicado.
"Es importante que el presidente Macron recuerde constantemente el papel negativo de Francia y su responsabilidad en el genocidio de los tutsis en Ruanda, un hecho que todavía entristece a la humanidad", recalcó el gobierno de Mali. En este sentido, la junta militar maliense sostuvo que Francia "siempre ha trabajado por la división" del país, por lo que ha pedido a Macron que abandone "su postura neocolonial, paternalista y condescendiente".
Por otra parte, el Ejecutivo maliense ha reconocido que, en los últimos años, el tejido social del país se ha degradado debido a conflictos comunitarios "instrumentalizados por los grupos terroristas y sus grupos y sus patrocinadores estatales extranjeros".
"El gobierno de transición recuerda que el fortalecimiento de la cohesión social sigue siendo uno de sus objetivos prioritarios no negociables y no escatimará ningún esfuerzo para conseguirlo para tener éxito en esta misión", agregó.