Guadalajara, Jal. Agentes de la Fiscalía del Estado y policías de Tonalá mantuvieron durante este miércoles un cerco en torno al albergue Casa de Vida Camino a la Fortaleza, en la colonia Santa Isabel, en Tonalá, esperando una orden de cateo para ingresar al inmueble en el cual, según una denuncia presentada, una niña de once años identificada como Jazmín sufrió quemaduras provocadas con alcohol y descargas eléctricas.

Aunque según el alcalde de Tonalá, Sergio Chávez, durante la madrugada fueron desalojados por los dueños del lugar los aproximadamente 30 internos, vecinos de la colonia ubicada en una de las zonas más pobres del municipio informaron que era frecuente escuchar por las noches gritos o llantos en el interior de la finca de dos plantas, que se encuentra en el número 15 de la calle San Javier.

Familiares de internos esperaron durante el día que las fuerzas policiales y bomberos de Tonalá ingresaran al inmueble, pero pasadas las 9 de la noche la Fiscalía aún no informaba que se hubiera otorgado la orden de cateo.

Algunas madres o mujeres cuyas parejas estaban internas, denunciaron que no los dejaban salir si antes no cubrían la mensualidad de mil 200 pesos que se les cobraba por su estancia, que al menos debía ser de seis meses.

Según la denuncia que fue presentada por la madre de la menor quemada ante el Ministerio Público, además de una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, fueron los propios cuidadores del supuesto albergue los que torturaron a la niña, quien tiene padecimientos de ansiedad y depresión que le ocasionan crisis convulsivas y la hacen autolesionarse, motivo por el cual su mamá decidió internarla.

Las lesiones según el parte médico que se levantó en la Cruz Verde de Guadalajara, a donde fue llevada por su progenitora son quemaduras de segundo grado que afectaron el 13 por ciento de su cuerpo.

En su denuncia, la madre dijo que en primera instancia en la casa hogar negaron que la hubieran lastimado, pero la niña insistió en que el viernes pasado cinco de los cuidadores la sometieron luego que ella no dejaba de rascarse; después la rociaron con alcohol y usaron una pistola eléctrica, que fue lo que causó que su cuerpo se prendiera.

Tras lo sucedido y siempre según lo denunciado, no se dio aviso a la madre hasta el sábado, pero los cuidadores negaron las acusaciones de la menor.

También trataron de impedir que fuera sacada del lugar y cuando finalmente lo logró y la llevó a recibir atención médica, lo hizo acompañada de una de las cuidadoras, quien tras la llegada a la Cruz Verde prefirió irse del lugar ante el interrogatorio a la niña por el agente ministerial de guardia; la pequeña desde el lunes está internada en el Centro Médico de Occidente por la gravedad de las quemaduras.

El alcalde Chávez informó que la casa hogar no tiene licencia para operar, aunque tampoco existen denuncias en su contra por malos tratos o torturas, como todo indica ocurrió contra la niña.

El edil dijo que existen 41 albergues de ese tipo identificados en el municipio, de los cuales 15 no tienen permiso de operación. Adelantó que se realizará un dispositivo de inspección en conjunto con el gobierno estatal para constatar las condiciones en que operan.