Colombo. Cientos de policías y soldados de Sri Lanka desalojaron este jueves el principal campamento de manifestantes antigubernamentales en la capital, Colombo, derribando tiendas de campaña de manifestantes desarmados.
Equipados con material antidisturbios, la policía y los militares comenzaron a retirar las barricadas que bloqueaban la entrada principal del palacio presidencial, invadida en parte por los manifestantes a principios de julio.
Activistas de la campaña contra el anterior presidente, Gotabaya Rajapaksa, ocupaban esta zona desde que el pasado 9 de julio consiguieron invadir el palacio presidencial, obligando a Rajapaksa a dimitir y huir del país.
Las fuerzas de seguridad lanzaron esta operación horas antes de que los activistas abandonaron la zona por su propio pie, ya que habían anunciado que se irían tras la asunción de funciones del nuevo presidente del país, Ranil Wickremesinghe, de 73 años.
Wickremesinghe, seis veces primer ministro, tomó sus funciones el jueves con la voluntad de formar un gobierno de unidad para sacar al país de la histórica crisis económica en la que está sumergido desde hace meses.
El nuevo presidente había avisado a los manifestantes que la ocupación de edificios estatales era ilegal y que serían desalojados.
Wickremesinghe declaró el estado de emergencia, dando amplios poderes a las fuerzas armadas y a la policía para detener por largo tiempo a sospechosos aún cuando no hubiera cargos en su contra.
Las fuerzas del orden detuvieron a varios manifestantes presentes en el campo, quienes consideran a Wickremesinghe como a alguien del entorno de la familia Rajapaksa, algo que él niega.
En bancarrota, Sri Lanka negocia un plan de rescate con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre graves carencias de alimento, combustible y medicamentos para sus 22 millones de habitantes.