La Secretaría de Cultura (SC) federal hizo este miércoles un extrañamiento público a la empresa Shein por “la apropiación cultural indebida” en una de sus prendas de diseños y estampados que forman parte del patrimonio cultural intangible de México.
En una carta firmada por la titular de la dependencia, Alejandra Frausto, denunció que la pieza “Top Ribete en abanico con estampado floral”, elaborada por aquella firma privada, “corresponde a un pieza idéntica, salvo por las orillas del cuello, mangas y remate de los arcos florales”, diseñada en 2017 por la marca de Yucachulas.
Esta última marca está abocada a la producción artesanal de blusas o huipiles cortos que “se realizan en comunidades mayas de los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, como parte de la identidad de este pueblo mayense y como una alternativa económica para su sustento cotidiano”, se explicó en el documento.
“La elaboración de cada una de estas piezas, implica horas de trabajo debido a a precisión que requiere cada trazo, así como lograr la combinación de colores para dar profundidad a cada diseño floral”.
Las flores realizadas por esas artesanas, agregó, “no sólo representan parte del entorno y la naturaleza, sino que forman parte de su cosmovisión al estar relacionados con la alegría por la vida, son reflejo de sus emociones y sentimientos, por ello forman parte de su identidad como pueblo y cultura maya”.
Son diseños, asentó en el texto, que se han transmitido de generación en generación, por lo que son producto de una creatividad colectiva que corresponde al pueblo maya.
La SC sustentó su reclamo en la Declaración Americana Sobre los Derechos de los Pueblos Indigenas, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, entre otros tratados internacionales.
La dependencia solicitó a la empresa Shein una explicación pública sobre los fundamentos con los que privatiza una propiedad colectiva, “haciendo uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado, y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades creadoras. Ya que pone en desventaja el trabajo artesanal, frente a uno realizado de manera masiva e industrial, afectando la economía de los portadores y creadores originarios”.
Para concluir, le hizo una invitación a “desarrollar un trabajo respetuoso con las comunidades indígenas dentro de un marco ético que no socave la identidad y la economía de los pueblos y apegados siempre a un comercio justo que coloque en un plano de igualdad a los creadores indígenas, empresarios y diseñadores”.