Madrid. La fiscal general del Estado español y ex ministra de justicia del gobierno de Pedro Sánchez, Dolores Delgado, decidió presentar su dimisión en el cargo “por motivos de salud” y después de varios meses turbulentos al interior del organismo y con numerosas críticas por sus injerencias en el órgano de gobierno de los jueces y fiscales. El Ejecutivo español, integrado por la coalición del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos (UP), aprobó en el Consejo de Ministros el nombramiento de su sucesor, que será su subalterno y fiscal Álvaro García Ortiz.
El nombramiento de Dolores Delgado al frente de la Fiscalía general del Estado provocó en su día un enorme revuelo, tanto por su condición de ex ministra de Justicia en la legislatura que apenas finalizaba como por su vinculación directa con el partido en el gobierno. Además se dieron a conocer una serie de audios, filtrados por el ex comisario de policía José Manuel Villarejo, en los que se mofaba de la condición de homosexual de su compañero de gabinete, el todavía ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y asegura conocer unas supuestas incursiones de fiscales y jueces del Tribunal Supremo en actos de pederatia infantil durante un viaje a Colombia.
Todo eso está grabado y se presume que el ex comisario, preso y procesado por numeroso delitos de espionaje, malversación y coacción, todavía tiene más grabaciones que la comprometerían en su actual cargo al frente de una de las máximas instituciones de la judicatura del Estado.
Dolores Delgado fue una de las fiscales de la Audiencia Nacional que con más ahínco combatió la corrupción, las tramas del narcotráfico y la lucha contra el terrorismo. Pero una vez que se incorporó al proyecto de gobierno del socialista Pedro Sánchez se le vinculó de forma muy clara con el PSOE, lo que provocó severos cuestionamientos tanto de la carrera fiscal como de la propia magistratura, ya que el cargo de fiscal general exige una trayectoria independiente.
Tampoco ayudó su vinculación sentimental con el ex juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y que éste fuera inhabilitado para el cargo por haber incurrido en un delito de prevaricación y por haber vulnerado las derechas constitucionales básicas en un caso bajo su tutela, en el que ordenó escuchas ilegales y vigilancia a unos presos y sus abogados. Además, tanto Garzón como la propia Delgado tenían una estrecha amistad con el ex comisario Villarejo, un personaje oscuro que ha participado en numerosas tramas de corrupción.
Delgado alegó problemas de salud, por un problema en la cadera por el fue operada recientemente y que al parecer no termina de mejorar y le impide ejercer sus funciones con solvencia. Por eso decidió renunciar al cargo, al menos en su versión oficial. También existe el temor de que haya nuevas grabaciones entre ella y el ex comisario Villarejo que la comprometan aún más en el cargo.
En otro asunto, la ex diputado de la Candidatura de Unitat Popular (CUP), Anna Gabriel, se presentó de forma voluntaria ante el Tribunal Supremo para regularizar su situación ante la justicia española, después de haber estado cuatro años residiendo en Suiza y tras salir de forma abrupta del país para evadir a los tribunales españoles. A partir de ahora se iniciará contra ella un proceso judicial ordinario y al que podrá hacer frente desde su anterior residencia habitual en Barcelona.
