Ciudad de México. La felicidad es lo que mejor resume a la selección femenil de mujeres en futbol bandera que ganó la medalla de oro en los Juegos Mundiales de 2022, donde derrotó con amplitud a la selección de Estados Unidos. El podio en Birmingham, Estados Unidos, desde luego fue el clímax, pero si algo las delata y las une es el sentimiento de solidaridad y empatía de este grupo triunfador. Y no lo ocultan, la irrupción de un mariachi a la conferencia donde presentaron su preses dorada las convoca a improvisar un sentido coro con el Cielito Lindo. Ríen y lloran, cantan con ojos cerrados. 

“Esto fue resultado de la unión de las mujeres”, dijo Rebeca Landa con la voz quebrada; “la empatía que siente una por la otra. No debemos dejar pasar esta ola de fama -dice entre comillas- y lo incorporemos a nuestras vidas”.

El futbol bandera tiene un gran futuro de crecimiento. Es un deporte que puede entrar como disciplina olímpica para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028. El crecimiento como competencia y espectáculo va en franco ascenso.

Sheila Silva es una veterana del futbol bandera en México cuyo clímax ha sido esta edición de Juegos Mundiales. Se habían quedado cerca de la gloria cuando en el reciente Mundial de la especialidad en Israel se quedaron con la plata. Fueron derrotadas por Estados Unidos y ahí quedaron convencidas que estaban a nada de lograr una victoria histórica.

Después, en los actos alrededor del pasado Súper Tazón de la NFL, ambas escuadras se enfrentaron en un juego amistoso, donde por fin pudieron derrotar a las estadunidenses. Sin embargo faltaba la victoria en un torneo oficial.

“El sueño se hizo realidad”, dice conmovida Sheila; “desde Israel sabíamos que podíamos ganarle a Estados Unidos. Por fin lo logramos y este oro no sólo es de nosotras, sino que también se le adjudica a México”.

Durante los Juegos de Birmingham, la selección varonil de este deporte también subió al podio al conseguir medalla de bronce. El ánimo también es de alegría. Pero son claros: no están conformes. El ejemplo a seguir es el de sus compañeras, a quienes reconocen una actitud y mentalidad de la que deben aprender.