Ciudad de México. Antes de la pandemia de covid-19, la inversión de los gobiernos en el sector educativo en América Latina enfrentaba un panorama de desaceleración, pero tras la emergencia sanitaria, dichas condiciones se intensificaron, lo cual dificulta aún más el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 en esa materia.
Así lo indicó un estudio elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y las organizaciones de Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (Unesco) y para la Infancia (Unicef), el cual advierte que los niveles de aprendizaje en primaria y secundaria se han mantenido sin cambios importantes en los últimos años.
Durante la presentación del informe, los autores destacaron que en 2020, el producto interno bruto de la región cayó 6.8 por ciento –el peor desempeño en el mundo–, y aunque en 2021 hubo una recuperación de 6.2 por ciento, no fue suficiente para mitigar los efectos de la crisis.
Alejandro Vera, especialista en planificación educativa de la Unesco, señaló que el ODS número cuatro, relacionado con el derecho a la educación de calidad, ya se veía comprometido antes del surgimiento del covid-19, pues los gobiernos latinoamericanos habían dejado de invertir en este terreno al mismo ritmo que en años anteriores.
Entre 2008 y 2015, la región tenía una tendencia expansiva muy fuerte en su financiamiento educativo, luego empezó un deterioro de ese esfuerzo. Es un signo de alerta, porque si bien el financiamiento no lo es todo, sin él no puede haber mejoras” ni se cumplirán los ODS 2030, señaló.
Uno de los aspectos que más preocupan a los autores del informe, subrayó, es el bajo nivel de aprendizaje de los estudiantes y su falta de mejora, pues los de primaria no han tenido incrementos en este terreno de 2013 a 2019, mientras los de secundaria se mantuvieron en índices insuficientes de entre 2015 y 2018.
Por su parte, Italo Dutra, asesor regional de educación de la Unicef, resaltó que en América Latina se está llevando a cabo una mala transición
de los niveles educativos básicos a los superiores, por lo que es necesario garantizar la existencia de recursos económicos suficientes para estas labores, pero también mejorar la gestión de esos fondos.