Washington. La Casa Blanca será el escenario para que el presidente Andrés Manuel López Obrador abandere la defensa de los migrantes. En la reunión bilateral con su homólogo estadunidense, Joe Biden, destacará que se trata de personas excepcionales
que trabajan duro con el único fin de llevar sustento a su familia.
En medio de un convulso ambiente donde el tema migratorio es divisa electoral por todo Estados Unidos –las elecciones intermedias se realizarán el noviembre–, López Obrador realiza una visita oficial a esta capital, la tercera en su mandato (una en julio de 2020 con Donald Trump y otra en noviembre del año pasado, ya con Biden como jefe de Estado estadunidense).
El titular del Ejecutivo federal aterrizó ayer, poco antes de las 3 de la tarde –hora local– en el Aeropuerto Internacional Washington-Dulles tras casi cinco horas de viaje desde la Ciudad de México.
Lo recibieron agentes estadunidenses que, a bordo de camionetas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), lo condujeron, junto a la comitiva que lo acompaña y su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, hasta el hotel Lombardy, cercano a la Casa Blanca, donde pasó la noche.
Eran las 4 en punto de la tarde cuando el Presidente entró al hotel y ya instalado, tuiteó: “A mis paisanas y paisanos en Estados Unidos: ya estoy hospedado en Washington. Les mando un saludo cariñoso. Mañana, en la Casa Blanca, los defenderé como siempre y recordaré que los migrantes –de cualquier lugar del mundo– son seres excepcionales que con arrojo se abren paso y trabajan dura y honradamente para mantener a sus familias aquí y allá”.
Como La Jornada adelantó ayer, el tema migratorio será un punto medular en el encuentro. Funcionarios del gobierno federal indicaron que otro tópico de gran interés
para el mexicano es inflación y economía
y dos más: fentanilo –cuyo nivel de muertes a causa del consumo de esta droga en Estados Unidos es considerado una pandemia– y el tráfico de armas hacia México –primordial para la parte mexicana.
La agenda de hoy será: desayuno con la vicepresidenta Kamala Harris, recepción en el salón Oval con Biden, reunión bilateral entre ambos, un recorrido por una biblioteca entre la esposa del estadunidense, Jill Biden, y Gutiérrez Müller, una comida para las dos comitivas en la Casa Blanca. Asimismo, como lo adelantó desde ayer, el Presidente rendirá un homenaje Franklin D. Roosevelt, y también voy a estar en una ceremonia, en un tributo al dirigente de las causas civiles, de la igualdad, el doctor Martin Luther King. Voy a estar también en su monumento
. Mañana, López Obrador tendrá un desayuno con empresarios de los dos países.
Acompañan al mexicano el canciller Marcelo Ebrard, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier; el director de Pemex, Octavio Romero, y el titular del instituto de Migración, Francisco Garduño, entre otros.
Decenas de paisanos, que vinieron de diferentes puntos de la geografía estadunidense, llegaron con pancartas hasta el hotel donde pernoctó el mandatario.
Su paciencia se vio recompensada. Cerca de las 8 de la noche, López Obrador se asomó por una ventana del segundo nivel. Nada más decirles que los quiero mucho. Amor con amor se paga
.
El alboroto se vio entre los 50 paisanos que ahí estaban.
Mañana, en la Casa Blanca, vamos hablar de los derechos de los migrantes, y los queremos muchísimo en México por todo lo que hacen, porque trabajan aquí y envían apoyos a sus familiares, gracias a eso nuestra economía se está levantando. Dios los bendiga, a sus familiares, son migrantes excepcionales
, les dijo.
Junto a él, su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, sonriente, documentaba en video ese intercambio.
Como colofón, una mujer alzó un ramo de rosas. Su esposa Beatriz hizo la seña para que las aventara y el mandatario acotó: Yo las cacho
. El lanzamiento fue preciso y López Obrador dejó ver su destreza como catcher, en lenguaje beisbolero, y a la primera se quedó con las flores.