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Confesión inesperada en audiencia sobre intentona golpista de Trump

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Se presentó evidencia de que Trump, en un acto premeditado, instruyó a sus fanáticos, sabiendo que muchos estaban armados, a frenar la certificación del voto electoral. Foto Ap
12 de julio de 2022 22:50

Nueva York. Donald Trump convocó a fuerzas derechistas extremistas para un asalto sedicioso al Capitolio con su mentira de que la elección fue “robada” a pesar de que sabía que no existía evidencia de fraude y con ello intentó, por primera vez en la historia del país, descarrilar el traslado pacífico del poder Ejecutivo después de una elección, según conclusiones del comité legislativo que investiga el intento de golpe de Estado en Estados Unidos (lo cual hoy inesperadamente provocó también confesiones de un autor estadunidense de intentonas golpistas en otros países).

En la séptima audiencia pública del Comité Selecto sobre el 6 de enero que investiga el intento de golpe de Estado que culminó con el asalto violento del Capitolio en esa fecha el año pasado, se presentaron evidencias y testimonios de cómo el ex presidente convocó a sus violentas filas ultraderechistas, muchos de ellos armados, a lo que prometió sería un día “salvaje” en Washington.

Se presentó evidencia de que Trump, en un acto premeditado, instruyó a sus fanáticos, sabiendo que muchos estaban armados, a frenar la certificación del voto electoral que se realizaría en el Capitolio con violencia como su último intento para permanecer en el poder después de agotar todas las otras avenidas -incluyendo perder 60 de 61 casos judiciales en diversas entidades del país- para disputar el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

Desde mediados de diciembre, sus asesores y abogados oficiales en la Casa Blanca y su Departamento de Justicia le habían informado que no existía evidencia de un fraude masivo para justificar su rechazo de los resultados.

Pero un grupo de asesores exteriores, entre ellos el general retirado Michael Flynn, la abogada Sidney Powell, Rudy Giuliani y Roger Stone, le insistieron en que no cediera. Varios de éstos tenían relaciones directas con agrupaciones derechistas, incluyendo fuerzas paramilitares.

En la audiencia se narró, con ayuda de testimonios de un elenco de ex funcionarios y asesores del presidente entre ellos el abogado principal de la Casa Blanca, Pat Cipollone, de una reunión el 18 de diciembre de 2020 donde estalló a gritos la disputa entre los oficiales del Ejecutivo y lo que algunos llamaban “los locos” externos. Entre las propuestas de los “locos” estaban la de una orden ejecutiva para ordenar que las fuerzas armadas confiscaran las máquinas electorales del país, y nombrar a Powell -quien había propagado alegatos de que los chavistas de Venezuela y los chinos habían ayudado en robar la elección- como fiscal especial para investigar las acusaciones de fraude por parte del presidente.

Estas nunca prosperaron pero después de horas de discusión, el presidente se retiro a su residencia y esa madrugada, Trump envió un tuit famoso -el cual fue calificado por un diputado como “el tuit que cambiaría el curso de la historia de este país”, -convocando a sus fieles a la manifestación en Washington que concluyó: “estén presentes, será salvaje”.

Ese tuit, según los investigadores legislativos, fue la primera vez que Trump directa y públicamente convocó a sus seguidores a acudir a Washington el día en que el Congreso realizaría la sesión conjunta para certificar los resultados -el último paso de la elección- que confirmarían el triunfo de Joe Biden.

De inmediato, los “locos” y agrupaciones extremistas promovieron la manifestación del 6 de enero como una “llamada a las armas”, junto con ciudadanos ordinarios que apoyaban a Trump. El mensaje fue difundido por las redes sociales y amplificado por la amplia gama de medios derechistas, algunos de los cuales ya advertían de violencia para “salvar al país”. Grupos supremacistas difundieron mensajes de que el 6 de enero empezaría una “segunda guerra civil”, otros hablaron de una “revolución blanca como la única solución”, algunos más de asesinar a demócratas, y algunos especulaban que Trump declararía “ley marcial” ese día.

Entre las agrupaciones más destacadas estaban los Proud Boys y de los Oath Keepers quienes se aliaron para participar en las acciones del 6 de enero, con un chat privado llamado “ministerio de defensa nacional”. Sus líderes enfrentan ahora acusaciones formales de “sedición” por intento de derrocar al gobierno. Entre sus vínculos con el círculo de Trump estaban el ex general Flynn y Stone -a ambos su amigo les otorgó perdones presidenciales.

El diputado Jamie Raskin del Comité, resumió que lo que hizo Trump esa día: “enviar una chusma armada al Capitolio para usurpar la voluntad del pueblo”.

En la audiencia de hoy también se presentaron dos testigos en vivo. Jason Van Tantenhove, quien fue vocero de los Oath Keepers, y hoy condena a su vieja agrupación, a la describió como “una milicia peligrosa”. Advirtió que “es por pura suerte que no ha habido mucha más sangre, porque ahí está el potencial para eso… temo que sucederá en la próxima elección… tuvimos un presidente que instó a una guerra civil… qué ocurrirá si es electo otra vez si no logramos que esta gente rinda cuentas”.

Jason Ayres no era integrante de una agrupación pero fue convencido, como muchos de sus amigos, por Trump y por lo tanto aceptó la invitación a ir a la protesta, y después a seguir sus instrucciones de subir al Capitolio, Ayres fue arrestado por su participación en la acción que el presidente le pidió, y que ya no le cree a Trump pero que ahora le preocupa que millones aún lo siguen todavía. “Soy hombre de familia y amo a mi país, pero tenía anteojeras… tenemos que quitarnos las anteojeras y ver lo que realmente está sucediendo”.

Al final de la audiencia, Ayres se dirigió a algunos de los policías del Capitolio, incluyendo uno de más de 100 que fueron heridos ese dia, para pedir perdón.

Todo concluyo con otra revelación explosiva: la diputada Liz Cheney del comité selecto informó que un testigo cuya identidad aún no es pública en este proceso, recién recibió una llamada telefónica de Trump, la cual no contestó. El comité informó al Departamento de Justicia para investigar lo que podría ser un delito grave de intentar influir o intimidar a testigos en este proceso de investigación.

Pero tal vez lo más asombroso del día sucedió afuera, poco después de concluir la audiencia cuando CNN entrevistó al ex asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, sobre si se podría calificar lo que hizo el ex presidente como un intento de golpe de Estado. El entrevistador Jake Tapper comentó que no se requiere ser brillante para intentar un golpe de Estado y Bolton le respondió: “estoy en desacuerdo con eso. Como alguien que ha ayudado planear golpes de Estado -no aquí pero, ya sabes, en otros lugares -requiere de mucho trabajo”. [https://www.cnn.com/videos/politics/2022/07/12/jake-tapper-john-bolton-debate-january-6-coup-attempt-sot-lead-vpx.cnn].

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