Ciudad de México. El estrés cotidiano y la prisa que caracterizan a las horas pico en el transporte de miles de pasajeros en días normales, alcanzó ayer su grado máximo al iniciar el operativo por el cierre de la línea 1 del Metro. Las estaciones Pantitlán y Balderas fueron especialmente caóticas debido al movimiento de decenas de autobuses, transporte concesionado, vehículos particulares y la multitud de personas que trataban de acceder al servicio provisional de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) o a la línea 9.
A pesar de que el gobierno de la ciudad hizo pruebas para medir el impacto del cierre, no atinó a tener una idea de la cantidad de personas que requiere el transporte público, lo que generó que la línea 9 del Metro se saturara y los usuarios tuvieran que hacer grandes filas para acceder al servicio provisional en las estaciones Balderas y San Lázaro.
La gente prefirió subirse al Metro que utilizar el servicio de la RTP, cuyos autobuses proporcionaron un servicio fluido, aunque sin llegar a agotar su capacidad.
La desesperación para llegar a su destino provocó que en la línea 9 la gente impidiera el cierre de las puertas de acceso a los andenes, los cuales estaban al tope de su capacidad, por lo que el servicio provisional ofrecido en el paradero de Pantitlán con autobuses de la RTP, trolebuses, Metrobús y Mexibús fluyó sin problemas.
Desde antes de las 7 horas, personal del organismo y de seguridad dosificó el ingreso de usuarios mediante el cierre de las puertas para evitar que el andén se congestionara y hubiera algún accidente, por lo que cientos de personas abarrotaron los pasillos de transbordo.
La incorporación de tres trenes a los 23 que circulan habitualmente fue insuficientes para atender la demanda del servicio, que se desbordó porque la mayoría preferimos irnos en Metro, que es más seguro y rápido, que en camiones
, dijeron usuarios entrevistados.
La apertura de las puertas provocó que la gente ingresara corriendo a dicha línea, que corre de Pantitlán a Tacubaya, con la esperanza de llegar a tiempo a su trabajo, porque en los camiones mínimo duplicas el tiempo de traslado
.
El director del Sistema de Transporte Colectivo, Guillermo Calderón Aguilera, señaló que dicha ruta es la línea natural de desahogo de la 1, al correr de manera paralela y tener conexión con varias estaciones que van hacia el centro de la ciudad
.
Además, dijo, se reforzó el servicio de línea B con tres trenes, por lo que opera con 24 y se cuenta en superficie con 300 autobuses de la RTP que van hacia Pino Suárez y Balderas –los cuales iban a 50 por ciento de su capacidad– y 42 trolebuses a Chapultepec.
El secretario de Movilidad, Andrés Lajous Loaeza, señaló que otra alternativa que tuvieron los usuarios fue la línea 4 del Metrobús, que va hacia la estación Hidalgo del Metro –la cual aumentó 15 por ciento su demanda– y se reforzaron los corredores de Baja California, Izazaga y Eje 1 Norte
Se cuenta además con 10 unidades de Mexibús que dan servicio exprés a Balderas, Hidalgo y Pino Suárez –con un costo de seis pesos– y con el apoyo del transporte concesionado.
En Balderas la gente tuvo que hacer largas filas para dirigirse a Pantitlán en unidades de la RTP.
Las estaciones que permanecerán cerradas son Salto del Agua, Isabel La Católica, Pino Suárez, Merced, Candelaria, San Lázaro, Moctezuma, Balbuena, Bulevar Puerto Aéreo, Gómez Farías, Zaragoza y Pantitlán.
Despachadores de la RTP buscaban agilizar el tránsito peatonal sobre el camellón de avenida Chapultepec con el grito de ¡súbale, súbale, súbale, todas las paradas! Lo que significa que van a hacer paradas en todas las del Metro.
Uno comentó que por órdenes de la jefa de Gobierno el servicio por ahora es gratis, después no sé si se vaya a cobrar.
Luis, oficinista discapacitado se quejó de la falta de apoyo para este sector. “No tienen transporte para personas con discapacidad.
Yo vengo de Santa Fe y voy hasta Pantitlán, al menos aquí en Balderas me apoyaron para trasladarme de Balderas al paradero”, comentó al referirse al personal de chaleco verde que lo llevaba en silla de ruedas.
Pese a las vicisitudes, el caos no fue tan grande como se esperaba, lo que se debió a que la gente prefirió utilizar el Metro.