Nueva York. La reunión de trabajo del presidente Andrés Manuel López Obrador con su homólogo Joe Biden en la Casa Blanca este martes se enfocará en una gama de temas tanto bilaterales como regionales y hasta globales que afectan a “los pueblos de cada país”, afirmaron altos funcionarios estadunidenses encargados del encuentro, indicando que habrá anuncios de “acciones conjuntas” sobre temas de migración, cooperacion económica, y combate al crimen organizado.
Jake Sullivan, Asesor de Seguridad Nacional del Presidente Biden, comentó hoy en la conferencia de prensa cotidiana en la Casa Blanca que la reunión bilateral -la segunda entre ambos líderes en esa sede- este martes tiene el propósito de “construir sobre los significativos avances logrados en la Cumbre de las Ámericas donde México expresó apoyo a la Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas y se sumó a otros 20 países en endosar la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección”.
“Anticipamos que ambos líderes discutan su visión común para América del Norte y esfuerzos comunes para abordar retos globales incluyendo la guerra de Rusia contra Ucrania”, concluyó.
Sullivan, al igual que otros altos funcionarios al aproximarse la reunión bilateral, evitaron mencionar que López Obrador no asistió a la cumbre en Los Ángeles, ni abordaron las diferencias regionales con Washington que se manifestaron en torno a esa cumbre, y sólo han reiterado que México se sumó a los acuerdos de cooperación económica y migración anunciados ahí.
Aparentemente la decisión del gobierno de Biden es pretender que esa controversia no existe, aunque analistas, legisladores y otros políticos siguen asegurando que tuvo un impacto negativo para la relación bilateral.
Para algunos dentro del gobierno estadunidense como para analistas externos, la migración es un tema prioritario no sólo en el ámbito bilateral sino por ser un tema central en la pugna político-electoral dentro de Estados Unidos sobre todo cuando continúa elevándose el flujo migratorio y dentro del cual, por primera vez en una década, la migración de mexicanos se está incrementando de manera significativa.
Para el gobierno de Biden, mostrar que tiene “controlado” el flujo migratorio es una prioridad política de la cual depende en gran medida de la cooperación de México, indican expertos.
Es en parte por ello que se programó un desayuno para López Obrador con la vicepresidenta Kamala Harris antes de la cita con Biden un poco más tarde el martes, para abordar el tema de migración y desarrollo, y continuar con sus conversaciones previas -dos en persona y varias llamadas telefónicas- sobre las “causas de fondo” de la migración centroamericana.
Por otro lado, la comunidad migrante mexicana en Estados Unidos, mucha de la cual se expresó a favor de López Obrador en su triunfo electoral y su proyecto de país y por sus declaraciones elogiando a los migrantes, sigue esperanzada en que el mandatario mexicano presionará a su contraparte estadunidense a cumplir con algunas de sus promesas de impulsar reformas parciales del sistema migratorio y proceder con el desmantelamiento de las políticas antimigrantes que padecieron con Donald Trump.
Por ello, resulta sorprendente para algunos líderes, políticos y analistas que esta visita no incluye un encuentro con representantes de la diáspora mexicana en Estados Unidos, y que no hubo mayor consulta con algunas de las organizaciones antes de formular propuestas que los afecta.
En una carta enviada a López Obrador por la Campaña por la Dignidad integrada por diversas organizaciones incluyendo el Frente Índigena de Organizaciones Binacionales (FIOB), expresó su oposición a la ampliación de programas de trabajadores temporales “neo-bracero” como el conocido como H2A, por considerar que mantienen a las comunidades divididas y explotadas, y por lo tanto son nada menos que “esclavitud legalizada”.
Andrew Selee, presidente del Instituto de Políticas de Migración (MPI) y experto veterano en la relación bilateral, consideró en un foro del Wilson Center sobre la visita que la ausencia de una reunión con líderes y representantes de la comunidad inmigrante y de la diáspora mexicana en esta vista a Washington “es una oportunidad perdida”.