Ciudad de México. El ex presidente Luis Echeverría es una figura que se quedó en el pasado del país hace muchos años y el “poder omnívoro” con el que gobernó es algo que no podría tener cabida en el México de hoy, de acuerdo con el general en retiro Jorge Carrillo Olea, colaborador de este diario y quien como escolta del ex mandatario lo rescató cuando fue abucheado y apedreado en 1975 por estudiantes en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Aquella era una vida política manejada con mano de hierro y una sola voluntad, que simulaba una democracia, pero en la que lo que salía de Los Pinos era indiscutible”, recuerda Carrillo Olea respecto a los años en que gobernó Echeverría, titular del Ejecutivo de 1970 a 1976. .
Sobre la muerte del ex presidente, que falleció esta madrugada a los cien años de edad, Carrillo Olea señala que sintió pena, pero “no la pena de perder a alguien estimado o querido, para la edad que tenía eso ya se daba por hecho, pero se despiertan en mí una serie de recuerdos y nostalgias. Lamento el cuadro en general”.
Su fallecimiento en sí, afirma el también ex gobernador de Morelos, “no tiene un significado mayor para la vida del país”, pues tenía muchos años separado de toda actividad pública. “Pertenecía al pasado desde hace mucho rato. Se quedó en un momento dado, en aquellas fechas (2009) en las que se vio sujeto a un juicio penal en el que resultó excluido de responsabilidades. Yo creo que ahí pasó a la historia”.
En la época en que gobernó Echeverría, reflexiona Carrillo Olea, la vida vida política era “manejada con mano de hierro, una sola voluntad, una sola estructura de poder que simulaba de alguna manera una democracia, pero en la que lo único que se ordenaba salía de Los Pinos y era indiscutible. Era pues, una democracia figurada, de discurso, pero totalmente inexistente”.