Mexicali, BC, María José Chacón Herrera, de 38 años de edad, esposa del cónsul de Guatemala en Denver, Estados Unidos, viajó a Tijuana para practicarse una cirugía estética, en el contexto de los servicios de turismo médico de esta frontera; sin embargo, se la practicó en un nosocomio que estaba suspendida desde enero pasado, y falleció 4 de julio a causa de una tromboembolia pulmonar embolismo graso.
Especialistas médicos consultados indicaron que la causa de la muerte es por la obstrucción de los vasos sanguíneos por glóbulos grasos.
De acuerdo al Número Único de Caso 0204/2022/28737, la mujer falleció a las 17:37 horas en las instalaciones de la Cruz Roja de Tijuana.
La Fiscalía General de Baja California abrió la carpeta de investigación por el delito de homicidio culposo contra personal del Hospital Jerusalém, de Tijuana, responsable de la intervención.
Un reporte de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS) señala que durante una inspección al hospital —que propició su suspensión y posterior clausura—, se observó que el personal médico y de enfermería carecía de título y cédula profesional, entre otras irregularidades.
La COPEPRIS dio a conocer que la clínica estaba suspendida en su totalidad desde el 31 de enero de 2022, y que fue clausurada de forma definitiva, el 20 de abril.
Además, se le impuso una multa de 38 millones 550 mil 450 pesos pero sus propietarios no han realizado el pago.
Sin embargo, hicieron caso omiso de la suspensión, retiraron los sellos de suspensión e hicieron una intervención que derivó en la muerte de una paciente.
El coordinador de COEPRIS, Edwin Areizaga, dijo que el 31 de enero se hizo una visita de verificación que arrojó que el hospital no cuenta con aviso de responsable sanitario actualizado, ni licencia sanitaria vigente, carece de aviso de funcionamiento, no tiene licencia sanitaria ni responsable en farmacia.
El personal médico y de enfermería carecía de título y cédula profesional, y el establecimiento carece de libros de control de psicotrópicos y estupefacientes y de recetarios autorizados.
Se encontraron, también, más de 800 medicamentos de uso hospitalario exclusivo, sin autorización; tampoco contaba con ambulancia, con comisiones y comités protocolizados internos para operar en caso de suscitarse una emergencia.
El 2 de marzo se citó al responsable del hospital para que solventara las observaciones, pero no acudió; el 4 de marzo de hizo otra revisión física en la que advirtió la violación de los sellos.