San Cristóbal de Las Casas, Chis. Miles de católicos de la diócesis de San Cristóbal participaron en la denominada Peregrinación por la Paz y la Justicia, en al menos ocho ciudades, para protestar por la violencia imperante en diversas regiones de la entidad.
Las marchas fueron organizadas y convocadas por la agrupación llamada Pueblo Creyente, dependiente de la diócesis de San Cristóbal, antes de que se supiera que la Fiscalía General del Estado (FGE) solicitó el 21 de junio a un juez una orden de captura en contra del sacerdote tsotsil, Marcelo Pérez Pérez, por el caso de una veintena de pobladores de Pantelhó retenidos y desaparecidos desde el 26 de julio del año pasado.
En todas las peregrinaciones los católicos expresaron su apoyo y solidaridad al presbítero indígena originario del municipio de San Andrés Larráinzar.
De acuerdo con fuentes de la diócesis, las manifestaciones se llevaron a cabo en San Cristóbal, Comitán, Palenque, Ocosingo, Salto de Agua, Simojovel, Frontera Comalapa y Tenejapa, entre otros puntos.
En el caso de San Cristóbal, la peregrinación de hombres, mujeres y niños se dividió en dos grupos: uno, de más de 500 personas, partió del templo de María Auxiliadora, situado en el sur y el otro de más de 400 católicos, salió de la parroquia de San Juan Diego, ubicada en el norte.
Con flores, imágenes religiosas, banderas blancas, cánticos y vestidos la mayoría de blanco, ambos contingentes concluyeron en la plaza catedral, situada en el centro de San Cristóbal.
“Viva el padre Marcelo”, “Viva Simón Pedro”, “viva Tatik Samuel”, “viva la Virgen de Guadalupe”, “viva el Pueblo Creyente”, corearon los católicos que caminaron de manera pacífica.
Con una bandera blanca con la palabra “paz”, Marcelo Pérez marchó al frente del grupo que partió de María Auxiliadora, en el que participaron también varios sacerdotes y religiosas, incluidos algunos de la arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez.
Al llegar a la Plaza Catedral, situada frente al templo que le da nombre, la agrupación Pueblo Creyente difundió un comunicado en el que manifestó que “se criminaliza a las víctimas acusándolas de ser los causantes de los crímenes que denuncian y son apresados injustamente, con mayor razón si son defensores de derechos humanos o son voz profética de los pueblos originarios y campesinos”.
Reiteró que “buscamos que se establezcan la justicia y la paz con solidaridad en nuestros pueblos y comunidades”, al tiempo de advertir que “seguiremos trabajando en la construcción de la paz y la reconciliación en nuestra diócesis, ya que estamos conscientes que si nos organizamos como comunidades y pueblos para buscar alternativas de solución lograremos avanzar con la fuerza del Espíritu de Jesús de Nazaret resucitado”.