En un contexto de crisis ambiental, los pueblos indígenas cuentan con las reservas más importantes de recursos naturales y conocimiento de todo el mundo, por lo que debe ponerse freno a las políticas extraccionistas de empresas y estados, que han capturado
a una gran cantidad de instituciones encargadas de ello.
Así lo advirtió el activista y politólogo guatemalteco Álvaro Pop Ac, experto independiente y asesor de diversos fondos de Naciones Unidas relacionadas con temas indígenas, quien señaló que aunque el reconocimiento de la autodeterminación de los pueblos originarios es fundamental, los gobiernos latinoamericanos siguen teniendo miedo
de dar ese paso.
En entrevista con La Jornada, el investigador maya q’eqchi señaló que la riqueza de los pueblos indígenas es vista como un espacio de oportunidad
, tanto por las organizaciones que buscan preservarlos a través de convenios de cooperación internacional, como por gobiernos y empresas que buscan hacerse de dichos recursos sólo para beneficio propio.
Por un lado, tienes el aprovechamiento de conocimientos, experiencias y ejercicios de salvamento de la humanidad y, por el otro, políticas que los estados siguen implementando, en especial en términos de extractivismo, que violan de manera más descarada los derechos de los pueblos indígenas
, lamentó el especialista.
En este escenario, en los últimos años los países de América Latina se están inclinando más a la izquierda, pero al evaluar el cumplimiento de nuestros derechos individuales y colectivos, el balance nos da un resultado desfavorable tanto en la izquierda como en la derecha
, y aunque los primeros tienen mayor disposición al diálogo con los pueblos originarios, hay mucho ofrecimiento, pero muy poca ejecución
de las promesas.
Luego de resaltar que los indígenas defensores de la tierra y el territorio son uno de los grupos más atacados en Latinoamérica, Pop resaltó que una de las herramientas fundamentales para que las comunidades se defiendan es el reconocimiento pleno de su autonomía, pero sigue habiendo muchos gobiernos que se niegan a hacerlo.
“Estamos ante sistemas políticos absolutamente temerosos de que los indígenas lleguen a ‘saldar cuentas’, como pasa en Bolivia o en Ecuador, donde algunos sectores dicen: ‘ahí vienen los indios y le van a dar la vuelta a la tortilla’. Ese ‘temor amarillo’, como dicen algunos autores, es ancestral”, apuntó.
El especialista guatemalteco subrayó que otro de los grandes pendientes de la región es acabar con la dinámica de racismo aún vigente que considera a los pueblos indígenas como un ancla para el desarrollo, a la que hay que eliminar, educar o quitar del camino. No debemos seguir en la lógica de que no saben nada y hay que ir a capacitarlos, a enseñarles
.
Para Pop, uno de los obstáculos existentes para alcanzar dicho objetivo es que los organismos e instituciones encargados de aplicar la legalidad y frenar los megaproyectos, que en muchas ocasiones son impuestos en las comunidades sin pedir la autorización de sus habitantes, están capturados
y no cumplen su labor.
El reto es que en muchos países ese aparato legal está capturado. Son gobiernos que se han hecho cada vez más fuertes, pero que se distancian de los derechos de su propia sociedad. Entonces no es de extrañar que traten a los pueblos indígenas como los desechos de su sociedad y que ni siquiera aparezcan en su agenda
.