Hong Kong. El presidente chino Xi Jinping aseguró que Hong Kong "renació del fuego" a su llegada este jueves para asistir a las celebraciones del 25º aniversario del retorno de esta antigua colonia británica al poder comunista de Pekín.
"En el último período, Hong Kong ha experimentado más de una prueba seria, y ha superado más de un riesgo y desafío. Después de las tormentas, Hong Kong renació del fuego y emergió con una vigorosa vitalidad", dijo Xi, en su primera visita a este territorio desde que fue aplastado un movimiento prodemocracia.
"Los hechos han demostrado que el principio 'Un país, dos sistemas' está lleno de vitalidad", aseguró Xi, quien también hace su primer viaje fuera de China continental desde el inicio de la pandemia de covid-19 en diciembre de 2019.
Acompañado por su esposa Peng Liyuan y el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, Xi, quien llegó en tren de gran velocidad, fue recibido en la estación por escolares con banderas y flores, bailarines vestidos de leones y algunos medios de comunicación acreditados.
Los detalles del viaje han permanecido en secreto y la visita suscitó un esfuerzo masivo de seguridad.
Los dirigentes locales entraron en un sistema de burbuja sanitaria frente al covid, partes de la ciudad se cerraron y varios periodistas fueron vetados de los actos de celebración del viernes, que quieren mostrar el control del Partido Comunista sobre la ciudad después de la represión política y el desmantelamiento del movimiento prodemocracia.
Las personas que coincidirán con Xi durante el viaje, incluidos los altos funcionarios del gobierno ejecutivo local, han tenido que limitar sus contactos sociales, realizar test PCR diarios y entrar en un hotel de cuarentena antes de la visita.
Las autoridades se han esforzado en evitar cualquier posible contratiempo durante la visita de Xi y la policía de seguridad nacional han realizado al menos nueve detenciones durante la última semana.
La Liga de los Socialdemócratas, uno de los pocos grupos opositores que quedan en Hong Kong, informaron que no se manifestarán el 1 de julio después de una visita de agentes de seguridad nacional a voluntarios asociados a la entidad.
Y el principal instituto demoscópico de la ciudad anunció que iba a retrasar una encuesta sobre la popularidad del gobierno "en respuesta a las sugerencias de relevantes departamentos gubernamentales tras la evaluación del riesgo".
Tradicionalmente, el aniversario de la retrocesión del 1 de julio de 1997 ha estado marcado por manifestaciones pacíficas de decenas de miles de personas.
Pero las congregaciones masivas han desaparecido de Hong Kong en los últimos años por una mezcla de las restricciones sanitarias por el coronavirus y la represión orquestada por las autoridades locales y Pekín para acallar cualquier oposición pública al poder comunista.
Alarde de patriotismo
Las autoridades han restringido la cobertura mediática de la visita y han impedido a múltiples periodistas acudir a los actos programados.
El miércoles, AFP había confirmado que se había negado la acreditación a 13 periodistas locales e internacionales.
Entre ellos había dos periodistas de AFP, vetados por "razones de seguridad" no especificados, según un funcionario del gobierno. Un tercer periodista de AFP recibió posteriormente acreditación.
La Asociación de Periodistas de Hong Kong expresó "un profundo lamento" por estos rechazos e indicó que los requisitos de cuarentena y test de covid exigidos a los reporteros complicaban el reemplazo de estos reporteros.
El gobierno justificó la decisión como "un equilibrio en la medida de lo posible entre las necesidades de trabajo de los medios y los requisitos de seguridad".
La policía anunció el jueves extensos cortes en las carreteras de la isla de Hong Kong y prohibió temporalmente el uso de drones en toda la ciudad, citando motivos de seguridad.
Algunas instalaciones de la urbe también han sido cerrados, incluida la terminal de trenes de alta velocidad, un recinto de ópera china y el Parque de Ciencias de Hong Kong.
Varios trabajadores de este recinto científico explicaron a AFP que no habían recibido ningún aviso de la visita de Xi, pero que les habían ordenado trabajar desde casa el jueves.
En un intento de escenificar apoyo público a la vista, la ciudad se ha llenado de banderas de China y Hong Kong, que decoran decenas de inmuebles de vivienda pública.
En uno de ellos, un residente de 26 años apellidado Chan se quejaba del arsenal de pequeñas banderitas colgadas en cada piso del hueco interior de las escaleras. "Es innecesario y demasiado", dijo a AFP.
Tony, un trabajador de la finca, aseguraba que hubiera sido mejor que este alarde se hubiera preparado voluntariamente por los vecinos.
"¿Abrazamos tanto esta ideología?", se preguntaba ante AFP. "La gente puede sentir rechazo (...) si se hace de forma exagerada", apuntó.