Madrid. La Alianza Atlántica (OTAN) aprobó la “hoja de ruta” que asumirá para la próxima década, en la que señala a Rusia como una “amenaza significativa y directa”, a China como “un desafío sistémico” que utiliza “herramientas híbridas y cibernáticas maliciosas” y en la que por primera vez se cafilica de “amenaza” la “instrumentalización de la migración”. La Cumbre de Madrid pasará a la historia porque por primera vez desde el final de la Guerra Fría se señala de forma nítida a un “enemigo”, Rusia, que hace sólo unos años era considerado un “socio estratético”, y al que se le lanzó una advertencia directa: “Aunque la OTAN es una alianza defensiva, nadie debe dudar de nuestra fuerza y determinación para defender cada centímetro del territorio aliado, preservar la soberanía y la integridad territorial de todos los aliados y prevalecer contra cualquier agresor”. Precisamente en este contexto, el presidente de Estados Unidos (EU), Joe Biden, anunció el aumento de efectivos militares y buques y material de guerra en territorio europeo.
El Concepto Estratégico es un documento de 16 páginas y 49 puntos en el que los países integrantes de la OTAN, liderados por EU, definen sus prioridades para los próximos diez años, como hicieron en el año 2010 en la Cumbre de Lisboa, cuando las condiciones geoestratégicas eran otras; no había guerra en Ucrania, la relación diplomática con Rusia era fluida, hasta el punto de que era considerado un “socio estratégico” y el mundo occidental no vivía, como sí ocurre ahora, con el temor de ser atacados por otro país.
En este sentido, la nueva “hoja de ruta” señala que “la OTAN está decidida a salvaguardar la libertad y la seguridad de los aliados. Su propósito clave y mayor responsabilidad es asegurar nuestra defensa colectiva contra todas las amenazas, de todas las direcciones”. Y añade que a pesar de que “somos una Alianza defensiva”, “la zona euroatlántica no está en paz. La Federación Rusa ha violado las normas y principios que contribuyeron a un orden de seguridad europeo estable y predecible. No podemos descartar la posibilidad de un ataque contra la soberanía y y la integridad territorial de los aliados”.
Y así, además de Rusia, entre las numerosas amenazas a combatir por parte de la OTAN se enumeran una serie de actividades, que dicen estar impulsadas por “actores autoritarios” que “están invirtiendo en sofisticadas capacidades convencionales, nucleares y de misiles, con poca transparencia o respeto por las normas y compromisos internacionales. Interfieren en nuestros procesos democráticos e instituciones y apuntan a la seguridad de nuestros ciudadanos a través de tácticas híbridas. Realizan actividades maliciosas en el ciberespacio y el espacio, promoviendo campañas de desinformación, instrumentalizando la migración, manipulando la energía y los suministros y utilizando la coerción económica”.
Y señala de forma explícita a Rusia como “la amenaza más significativa y directa para la seguridad de los aliados”, al sostener que “”utiliza medios convencionales, cibernéticos e híbridos contra nosotros y nuestros socios. Emplea la amenaza nuclear. Tiene como objetivo desestabilizar países de nuestro Este, Norte y Sur. La OTAN no busca la confrontación y no representa una amenaza para la Federación Rusa. Continuaremos respondiendo a las amenazas rusas y las acciones hostiles de manera unida y responsable. Reforzaremos significativamente la disuasión y la defensa para todos los aliados. No podemos considerar a la Federación Rusa como nuestro socio. Sin embargo, seguimos dispuestos a mantener abiertos los canales de comunicación con Moscú para gestionar y mitigar los riesgos, prevenir la escalada y aumentar la transparencia”.
En cuanto al “terrorismo”, la OTAN advierte que sigue siendo una amenaza en todas sus formas y manifestaciones: “Es la amenaza asimétrica más directa a la seguridad de nuestros ciudadanos y a la paz y la prosperidad internacionales. Las organizaciones buscan atacar o inspirar ataques contra los aliados. Se han expandido sus redes y mejorado sus capacidades con nuevas tecnologías que les proporcionan más alcance y letalidad”.
Otro de los principales preocupaciones de la OTAN de cara al futuro es China y el aumento de su influencia en el mundo, al considerar que emplea una amplia gama de herramientas políticas, económicas y militares para aumentar su huella global y proyectar poder, “mientras permanece opaco sobre su estrategia, intenciones y desarrollo militar. Las operaciones híbridas y cibernéticas maliciosas de China y su retórica de confrontación y desinformación apunta a los aliados y daña la seguridad de la Alianza”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reconoció que actualmente se vive “la crisis de seguridad más grave que hemos enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial”, por lo que calificó de “histórica y transformadora” la Cumbre de Madrid, en la que también se incorporará a la alianza dos países más, Finlandia y Suecia, precisamente por la amenaza de la guerra en Ucrania y gracias a que Turquía levantó el veto de su ingreso. Stoltenberg también reconoció que se prevé que en los próximos años haya un incremento general del presupuesto militar de los países que la integran, como ya está ocurriendo en Alemania y la mayoría de los países europeos.
Una de las intervenciones más esperadas fue la del mandatario estadunidense, Joe Biden, quien anunció el aumento de efectivos militares en Europa, “ajustando así la implicación militar de EU en Europa”, así como armamento y vehículos de guerra, como buques y destructores. “Aquí, en España, vamos a trabajar con nuestros aliados para aumentar los destructores de la Marina de EEUU estacionados en la base naval española de Rota, de cuatro a seis. En Polonia, estableceremos un cuartel general permanente para el Quinto Cuerpo del Ejército de EEUU y fortaleceremos la interoperabilidad entre EU y la OTAN en todo el flanco oriental.
Vamos a mantener una brigada rotatoria adicional, que consta de tres mil soldados, y otros dos mil efectivos aquí en Europa, con sede en Rumania. Y vamos a reforzar nuestros despliegues rotatorios en los Estados bálticos, además de enviar dos escuadrones F-35 adicionales al Reino Unido. Así mismo estacionaremos defensa aérea adicional y otras capacidades en Alemania e Italia”, explicó el mandatario.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, tuvo una breve intervención durante la Cumbre, en la que solicitó a la OTAN que le proporciones “armamento moderno”, apoyo económico, que cifró en cinco mil millones de dólares mensuales y les reclamó “valentía para plantar cara a la agresividad de Rusia”.