Ciudad de México. La llegada de Gustavo Petro a la presidencia de Colombia es la “consolidación” de los gobiernos progresistas en América Latina. Es “ya una clara y evidente segunda ola progresista en la región”, afirmó Nayar López Castellanos, especialista en temas latinoamericanos y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
En un conversatorio en la materia, señaló que esta tendencia “puede ser un elemento muy importante para marcar una relación totalmente diferente frente a la hegemonía estadunidense”.
Pero sobre todo, dijo, “esto deberá traducirse en una lógica regional, en donde, por ejemplo, mecanismos como la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y otros pudieran tomar mayor relevancia ante una mayor coincidencia en torno a elementos básicos, con todas las diferencias, como una visión soberana de la región, una relación de respeto y de tu a tu con Estados Unidos y otros poderes en el ámbito global, y sobre todo dinámicas de cooperación social, económica, en la región que son tan importantes”.
Explicó que se habla de una segunda ola progresista en América Latina, toda vez de que este año se obtuvo el triunfo de Gabriel Boric, en Chile, y ahora Colombia y, posiblemente, Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva gane la elección en una primera vuelta en octubre. Estos países se suman a México, Perú, Argentina y Bolivia.
Para José Ramón Briceño Ruiz, integrante del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), lo que se prevé para la región es un periodo de mayor autonomía, donde no necesariamente se buscarán enfrentamientos con Estados Unidos. “El problema es si en la Unión Americana habrá la capacidad mínima para entender que las naciones del sur tienen derecho a decisiones autónomas y que la subordinación es parte del pasado”, mencionó.