Ciudad de México. Tras el asesinato de dos de sus sacerdotes, la Compañía de Jesús en México llamó a “no permitir que la violencia, el terror y el miedo tengan la última palabra”.

Gerardo Moro Madrid, provincial de la Compañía de Jesús en el país invitó a “seguir luchando hasta que la dignidad se haga costumbre” y dijo que “es fácil responsabilizar a otros, echarles la culpa a otros”, por la violencia. “Y sí habrá que exigirles a ellos, pero habremos de exigirnos entre nosotros, si queremos seguir viviendo en el terror, en la violencia y en el miedo”.

En una misa en memoria de los religiosos Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, asesinados el martes en Cerocahui, Chihuahua, Moro Madrid, aseveró que los Jesuitas seguirán alzando la voz, acompañando a "los más pobres del país, seguiremos presentes en estas regiones a través de nuestras obras pastorales, educativas y sociales".

Hoy en la mañana, en el contexto de la reunión anual de sistema universitario jesuita, en la Universidad Iberoamericana, sede León, la maestra Lorena Giacoman Arratia, asistente de educación de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús dijo que “el dolor no nos callará, hemos alzado y seguiremos alzando la voz frente a la violencia y la injusticia, buscando los cambios estructurales y culturales que el país necesita”.

“Tenemos que poner fin a la violencia en nuestro mundo y a tanto sufrimiento innecesario", son las palabras del padre Arturo Sosa, Prepósito General de la Compañía de Jesús, al expresar su dolor al enterarse del asesinato de nuestros queridos jesuitas”, dijo Giacoman.

Recordó que ayer por la mañana en reunión con los rectores y directores generales del Sistema Universitario Jesuita, “concluimos que, como universidades jesuitas necesitamos pronunciarnos para exigir justicia sobre este doble asesinato, que refleja la violencia instalada desde hace años en nuestro país, la fractura del tejido social y la desdicha de muchas personas que haciendo el bien, son víctimas de la delincuencia organizada”.

Aseveró que "seguiremos trabajando universitariamente. La universidad tiene mucho que aportar en la búsqueda de alternativas para solucionar problemas, en la defensa de los derechos humanos, en la compresión de la crisis socioambiental que vivimos y en la formación de verdaderos agentes sociales, en fidelidad a nuestra identidad y misión. Descansen en paz".

En la Iglesia Ignacio de Loyola, en la Ciudad de México, Moro Madrid, expuso que “al denunciar lo ocurrido, queremos hacer notar el dolor que vive nuestro pueblo por la violencia imperante y solidarizarnos con tantas y tantos que viven estas mismas situaciones, sin que su sufrimiento suscite empatía y atención pública”.

Destacó que como “Compañía de Jesús en México continuaremos con la misma convicción, con fe para no callar ante la injusticia, con esperanza para cambiar esta realidad. Pedimos a ustedes que se sumen a esta cruzada”.

Aparte, en el foro Construir el futuro con las personas refugiadas, Héctor Mario Pérez Villarreal, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México y responsable de la vicaría de Laicos en el mundo, expuso que “nos duele” el homicidio de los dos religiosos jesuitas y añadió que en el país “hay más de 90 ciudadanos mexicanos muriendo cada día” por la violencia.

Destacó que los la forma en que asesinaron a los jesuitas “son un signo de todos los mexicanos violentados por vivir en su tierra”.

Giovanni Lepri, representante de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur en México, también expresó su pesar por el “trágico asesinato” de los religiosos de la Compañía de Jesús y lamentó que en el país muera casi un centenar de personas a diario debido a la inseguridad.