Ciudad de México. Pilar Rioja, coreógrafa y bailarina reconocida en México y el mundo por su peculiar forma de interpretar la danza española, recibirá un homenaje este 19 de junio en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario.
En entrevista con La Jornada, Pilar Rioja (Torreón, Coahuila, 1932) comparte lo que significa la danza en su vida y lo difícil que fue dejar de bailar por un problema físico.
“La danza me hace feliz y ha sido un trancazo muy fuerte el haberla dejado, porque no la dejé porque quise, sino por cuestiones físicas.
“Tengo 89 años y fíjate todo lo que he actuado. Me retiré a los 80 años en la sala Miguel Covarrubias cuando me enfermé de un ojo, en ese tiempo tenía una gira programada en Nueva York y no la pude hacer.
“Ha sido muy duro dejar la danza aunque sabía que la danza no dura mucho tiempo, por ejemplo los bailarines de ballet se retiran a los 37 años y me parece que no debería ser porque si tienes expresión y presencia, no debes hacer tanto la técnica, y todos podemos durar más. Los bailes se pueden adecuar a nuestras exigencias físicas, yo pude haberlo hecho pero no se me hizo. Tengo muchos recuerdos muy bonitos y si extraño mucho a la danza”.
A través de sus alumnos la maestra puede expresarse, y aunque dice no tener muchos estudiantes, para ella lo más importante es que amen la danza y sean dedicados.
“Si te dedicas a la danza de verdad, la tienes que amar, que sea una necesidad para poderte expresar, y si eres feliz ahí no importa si te cansas, es un cansancio agradable, bonito, pero no un sacrificio”.
En la charla, la bailaora evocó su infancia: “nací en Torreón, mis padres eran españoles. En ese tiempo me gustaba mucho hacer las romerías y bailábamos la jota con todos los paisanos de mis papás, ahí aprendí la jota y en la escuela también bailaba solita.
Rioja también recordó a su maestro Óscar Tarriba, quien le enseñó a los grandes del flamenco en México como Manolo Vargas y Roberto Jiménez. “Estudié con los mejores bailarines de danza flamenca y como estaba acostumbrada a crear mis coreografías agarré de todos ellos, de las de Tarriba; era muy raro que alguien me pusiera una coreografía y si me la ponían yo la hacía a mi modo. Me fui acostumbrando a ponerlas y luego bailarlas”.
De manera especial, la maestra recordó el vestuario que diseñó Guillermo Barclay porque le permitió cambiar su manera de bailar. “Hicimos una obra que se llama Mística y erótica del barroco, que presentamos en el Cervantino y ahí conocí a Guillermo, y a partir de ese momento me hizo todos mis vestidos.
“Él me quitó todos esos vestidos almidonados, sus diseños eran pegados al cuerpo donde veías que hacías con tus piernas, con tus brazos porque era mucha técnica y luego bailabas y no se veía, en cambio con sus vestidos se veían los movimientos. Para mi fue uno de los grandes cambios porque hizo que mi danza se volviera más actual, más moderna, muy a mi estilo”.
A lo largo de su carrera, Pilar Rioja se presentó en diversos países, pero recuerda mucho las giras que realizó por la Unión Soviética y Nueva York.
“Fui trece veces a la Unión Soviética, ofrecí 35 funciones ahí, sobre todo en Moscú y San Petersburgo. Yo arreglaba todo con la persona que organizaba los conciertos allá. Recorrí muchos lugares, fui tres veces a Ucrania, estuve en Kiev, Chernóbil, Georgia, Armenia; luego me contrataron para ir a Nueva York, a una sala pequeña del Carnegie Hall”.
En el homenaje a Pilar Rioja, los bailarines Jenaro Sosa y Rocío Maza interpretarán obras como Fandango de Boccherini, Farruca y Panaderos de la Tertulia, un baile del siglo XVIII.
El evento se realizará este 19 de junio a las 18 horas en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000, Ciudad Universitaria).