Monterrey, NL. Al menos dos mil migrantes permanecen atrapados entre Nuevo León y Coahuila e impedidos para llegar a Estados Unidos, por el acuerdo suscrito entre los gobernadores Samuel García Sepúlveda y Miguel Ángel Riquelme Solís, respectivamente, con su homólogo texano Greg Abbot, de contener la ola migrante a cambio de quitar las restricciones al paso de vehículos de carga.

A casi 48 horas de estar varados en la Central de Autobuses de Monterrey, los extranjeros insisten en llegar a Ciudad Acuña, Coahuila, e intentar pasar a territorio estadunidense.

El martes, cientos de migrantes intentaron llegar a Estados Unidos en autobús a través del Puente Colombia, en Nuevo León, pero fueron detenidos en uno de los retenes instalados, y regresados a Monterrey.

Frustrados ante el fracaso, migrantes afirmaron que intentarían este miércoles una caminata a Ciudad Acuña, para de ahí buscar cruzar hacia Estados Unidos, aprovechando que en este lugar el río Bravo es más bajo en su nivel.

El martes por la mañana la línea de autobuses Frontera vendió boletos a unos 300 migrantes, en su mayoría venezolanos, rumbo al Puente Colombia, ubicado en el municipio de Anáhuac, limítrofe con Estados Unidos.

"Lo que queremos es irnos de aquí", afirmó uno de los integrantes de la caravana, quien dijo ser venezolano, y agregó: "Yo vengo con otras seis personas. Nos iremos todos juntos".

El Instituto Nacional de Migración (INM) detectó la operación y ordenó no vender más boletos a los migrantes para viajar a alguna ciudad fronteriza, pese a ello, varios camiones partieron al puente internacional de Nuevo León.

Marco Antonio González Valdez, secretario de Desarrollo Regional y Agropecuario, y de quien depende la Corporación para el Desarrollo de la Zona Fronteriza de la entidad, operadora del Puente Internacional Colombia, informó la noche del martes que regresaron al menos a tres autobuses con migrantes desde el filtro de revisión ubicado en la garita de Anáhuac.

El retén, con decenas de elementos de Fuerza Civil y de la Guardia Nacional, está en el ejido Camarón, a 55 kilómetros del cruce internacional, precisó González Valdez. "La recomendación para ellos (los migrantes) es que ni vayan al (Puente Internacional) Colombia, no va a haber manera de que pasen".

Apuntó que hay más retenes antes de llegar al cruce internacional y también del lado texano. También hubo filtros en la carretera Monterrey-Nuevo Laredo.

Hasta la noche, del martes, al menos mil personas permanecían en la Central de Autobuses de Monterrey a la espera de que su situación migratoria sea resuelta. Se informó que en la caravana hay venezolanos, cubanos, nicaragüenses y hasta sirios.

Los extranjeros amagaron con iniciar este miércoles una caminata hacia Ciudad Acuña, su destino original, y que no pudieron alcanzar por los retenes establecidos por el gobierno de Coahuila.

Los migrantes insistieron que están legalmente en el país y recibieron una visa por 30 días, pero agentes del INM les advirtieron ayer que el documento no les autoriza a tratar de llegar a la frontera y buscar cruzar a Estados Unidos.

Por otra parte, ante la imposibilidad de arribar a la línea limítrofe, cientos de ellos, que quedaron varados en la central de autobuses, se trasladaron a Casa INDI para recibir atención. Por la mañana del martes arribó el sacerdote Felipe de Jesús Sánchez Gallegos, director de ese albergue, quien ofreció alimento y cobija a los migrantes que abarrotaron la central.

Fue por medio de dos vehículos que se estuvo trasladando a los grupos con dirección a esa sede altruista, ubicada sobre la avenida Bernardo Reyes, en la colonia Bella Vista, de Monterrey.

Igualmente se informó que se entregaron pañales para las personas que llevan niños de brazos y se atiende a algunas mujeres que vienen embarazadas.