Ciudad de México. Aunque la pesca artesanal o ribereña conforma más del 90 por ciento de la flota pesquera mexicana, que integra a 97 mil embarcaciones, los pescadores enfrentan retos socioeconómicos y ambientales importantes, entre ellos, la falta de protección social y la inversión presupuestal federal es insuficiente, coincidieron expertos del Instituto de Geografía de la UNAM.
José Manuel Crespo Guerrero, investigador del Departamento de Geografía Económica, mencionó que según estimaciones de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, los trabajadores de todo el sector suman 300 mil, y de éstos el 79 por ciento se dedican a la captura y el 21 por ciento a la acuicultura.
En 2018, dijo, México se posicionó entre los 20 países con mayor producción de pesca marina y en aguas continentales, y aportó el 2 por ciento de la producción global. Expuso que ese mismo año “fue excepcional”, ya que la producción pesquera nacional mexicana en peso vivo superó las 2 millones de toneladas, y además, casi 400 mil toneladas producida de la acuicultura.
En conferencia, en ocasión del Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales 2022, Crespo Guerrero destacó que pese a la importancia de México en producción y la pesca a pequeña escala, el sector enfrenta retos como contar con un nuevo ordenamiento “que regularice a miles de pescadores que aún laboran de forma irregular”; acabar con las actividades ilegales, y tener un mayor control y vigilancia de la inocuidad y la salubridad de los productos pesqueros.
También, mencionó, se requiere aumentar el consumo nacional de pescado y mariscos de la población, ya que es de casi 13 kilogramos por personas al año, “muy por debajo” de la media a nivel global, que es de los 21 kilogramos..
Raúl Aguirre Gómez, investigador del Laboratorio de Análisis Geoespacial, señaló los retos ambientales de la pesca artesanal, como los efectos del cambio climático que han ocasionado la migración de algunas especies y variaciones en la estructura biológica de otras como el calamar gigante.
