Nueva York. La Cumbre de los Pueblos culminó su tercer día de trabajos con una marcha hacia la sede de la Cumbre de las Américas con una condena a la exclusión de países y festejando las voces sociales que luchan por la democracia desde abajo y la justicia social a lo largo y ancho del hemisferio, incluyendo a Estados Unidos.
En sesiones sobre internacionalismo, luchas por derechos civiles, medio ambiente, antiimperialismo, derechos plenos para los migrantes y refugiados en todo el continente –sobre todo dentro de Estados Unidos–, entre otros temas, junto con talleres y expresiones culturales –música, arte gráfico, danza–, cientos de participantes de la cumbre alternativa (realizada en paralelo a la oficial en Los Ángeles) ofrecieron una contranarrativa a la de las delegaciones gubernamentales, representantes del sector privado y ONG que participaron en la Cumbre de las Américas.
Cornel West, reconocido filosofo político estadunidense, envió un mensaje al presidente Joe Biden y su gobierno: “No vengan a Los Ángeles como si hubieran sido una vanguardia por los derechos humanos. Vean la historia de América Latina como el patio de juegos del imperio estadunidense, tratando a nuestros hermanos y hermanas latinoamericanas como si fueran cucarachas para ser aplastadas, en lugar de seres humanos con gran dignidad, quienes se organizan y resisten… No vamos a aceptar sus mentiras”.
Agregó: Esto no se trata de alguna idea neoliberal de política de identidad. Estamos hablando sobre la justicia, la igualdad; estamos hablando de la democracia desde abajo
.
Un amplio mosaico de luchadores sociales, investigadores, defensores de derechos humanos de diversos países de América y sus contrapartes estadunidenses abordaron la agenda de tres días. Entre ellos, participaron Óscar López Rivera, veterano líder de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional puertorriqueñas y ex preso político; Bertha Zúñiga, hija de la asesinada líder social hondureña Berta Cáceres; Medea Benjamin, cofundadora de Código Rosa; Vijay Prashad, historiador y ejecutivo del Instituto Tricontinental de Investigación Social; Raul Amorim, líder del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil; la activista cultural estadunidense Gina Belafonte, una de las hijas del legendario músico y luchador Harry Belafonte, y Gail Walker, de Pastores por la Paz, entre decenas más. Varias voces cubanas a quienes no se concedieron visas participaron por video (sobre la inauguración y el primer día de esta asamblea: https://cutt.ly/oJV9ZKb).
También llegaron el padre y hermano de Julian Assange para hablar sobre el conocimiento como bien público
y de la injusticia que se sigue cometiendo con el encarcelado fundador de WikiLeaks, quien batalla contra su extradición a Estados Unidos.
En su declaración final, la Cumbre de los Pueblos afirmó: El futuro que vislumbra la cumbre de Biden no prioriza a los pueblos de nuestro continente. Es una visión en la que Estados Unidos tiene rienda suelta sobre los asuntos internos de los países de América Latina y el Caribe, una visión de pone los intereses políticos y económicos de Estados Unidos y de las grandes empresas por encima de los pueblos
.
Agrega que la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua ha convertido la cumbre de Biden en un desastre político
, y concluye que luchamos contra un imperio que se empeña en mantener la supremacía mundial
, y afirmamos la lucha continua por un mundo más justo
.
La Cumbre de los Pueblos inició el día con una manifestación en las rejas del perímetro de seguridad en la sede de la Cumbre de las Américas, donde expresaron su oposición a las políticas estadunidenses de sanciones, bloqueos y exclusiones de otros países, sobre todo de Cuba y Venezuela. Concluyó su asamblea con una movilización hacia el Centro de Convenciones, sede de la reunión oficial, para ofrecer su mensaje final de que otro hemisferio es posible (https://peoplessummit2022.org).