Cuidad de México. Tras sostener que la participación de México en la Cumbre de las Américas es bajo protesta por excluir de la convocatoria a algunos de los países de la región, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que en el continente se requiere unidad para enfrentar el nuevo entorno económico y comercial con una creciente presencia de China. Afirmó que existe el potencial y las condiciones para reposicionar a la región pero ¿qué es lo que hace falta entonces? Una nueva política que favorezca la unidad sin hegemonías.
En otra referencia al encuentro, salió al paso de las nuevas críticas del senador republicano Marco Rubio (que lo acusó de ser duro con los gobernantes que surgieron de democracias y defender dictaduras): “eso sí calienta (…), si tienen una prueba, que la presenten”. Cuestionó que sus acciones (incluyó también al republicano Ted Cruz y al demócrata Robert Menéndez) se basen en el odio, el rencor y lucro por traficar con el dolor, se rigen por ideologías, dogmas o racismo.
En ese contexto desafió a quienes sugieren que frente a estas posturas un presidente debería optar por notas diplomáticas, pero si están diciendo que yo protejo a dictadores, peor que eso, que tengo acuerdo con el narcotráfico, ya parece que les voy a mandar una nota diplomática. No, vamos a ventilarlo. Si tienen una prueba, que la presenten, por lo que se pronunció por debatirlo abiertamente.
Al referirse a los trabajos de la cumbre, aseveró que México pugna por la unidad continental que permita cumplir el sueño bolivariano de una América unida, incluidos Canadá y Estados Unidos, y se opone a preservar políticas hegemónicas que no respetan la soberanía de los países. Es una política anacrónica, vieja y desde luego injusta, que hay que hacer a un lado e inaugurar una etapa nueva en la relación de todos los pueblos.
Refirió que de acuerdo con las tendencias de crecimiento económico en el mundo, la presencia de China se ha consolidado y, de continuar en los ritmos actuales, en 30 años podría controlar 70 por ciento del comercio mundial y reducir la participación de América a una proporción entre 4 y 10 por ciento. Sin embargo, destacó que el continente tienen un gran potencial porque cuenta con fuerza de trabajo joven, recursos naturales, capital y tecnología para lograrlo, pero requiere de modificar las decisiones políticas.
¿Qué es lo más recomendable, pensando en las nuevas generaciones y en la paz? Que nos integremos en América y se constituya en una región fuerte, en lo económico y en lo comercial, y esto significa equilibrios, no predominio de ninguna nación, no hegemonías. Ese es nuestro planteamiento de fondo.