Ciudad de México. México no está en riesgo de perder el grado de inversión en los próximos 12 a 24 meses; es muy probable que se llegue a la elección presidencial del próximo año, donde se estima que gane el candidato de Morena, sin un deterioro adicional en la calificación de la deuda soberana, explicó Carlos Morales, director de riesgo soberano de Latinoamérica de Fitch Ratings.
Si bien hay presiones en los indicadores de gobernanza, a las que se suma la coyuntura política por los comicios de 2024, ninguna de ellas es suficiente para bajar la calificación por parte de Fitch.
Muy probablemente será alguien de Morena quien gane la elección presidencial, pero tendríamos que esperar primero a conocer al candidato y cómo está la oposición en el momento de la elección.
La calificadora de riesgo se une a las voces del mercado que asumen un triunfo del partido oficialista en las elecciones presidenciales de 2024, pero advierte que una variable a considerar será el cómo discurre la contienda interna y afecta la popularidad de los precandidatos.
La semana pasada Credit Suisse difundió una encuesta en la que tres de cada cuatro inversionistas, entre nacionales y extranjeros, daban por hecho la continuidad de Morena en el Ejecutivo federal.
Morales dijo que prácticamente todos los riesgos económicos y políticos a mediano plazo están contemplados en la calificación BBB-, con la que Fitch evalúa la deuda de México y que fue ratificada dos semanas atrás. Es por ello que la perspectiva se mantiene estable, lo cual advierte que no habría cambios al alza o baja en un plazo de 12 a 24 meses. No vemos ninguna urgencia
de alguna modificación, aseguró el analista.
Sin embargo, un crecimiento promedio por debajo de 2 por ciento a mediano plazo, sumado a un deterioro fiscal debido a menores ingresos y mayores gatos sí implicaría revisar la calificación de la deuda. Por el momento, Fitch parte de que la economía mexicana está estancada y con una perspectiva de débil expansión, lo que la mantiene en la valuación BBB-, a un paso de grado especulativo.
Morales consideró que el estímulo fiscal a gasolinas ha probado ser efectivo para reducir las presiones inflacionarias, ya que los combustibles no han aumentado en términos reales como en otros países. Dado que se están usando los mayores ingresos petroleros para compensar la pérdida recaudatoria, esta medida no se ha vuelto un riesgo latente para el balance público.
Reiteró la proyección hecha por la calificadora en marzo, cuando era reciente la emisión de estímulos complementarios al del impuesto especial sobre producción para importadores de gasolinas: los excedentes petroleros compensarán el subsidio a gasolinas, siempre y cuando el precio del crudo no supere los 100 dólares promedio por barril.
Si bien Morales reconoció el efecto del subsidio a las gasolinas, el cual abarca 81.5 por ciento del costo del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), consideró que las otras medidas del programa lanzado por Hacienda poco tienen qué hacer frente al encarecimiento generalizado y mundial de bienes básicos.
El Pacic no mejorará el nivel de inflación o las presiones. Es más un paquete de ayuda social que limita el choque sobre personas vulnerables a impactos en los precios, pero no necesariamente se traducirá en un menor nivel inflacionario
, consideró.