Montevideo. El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, junto al exgobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, y miembros de movimientos sociales, guardaron este viernes un minuto de silencio por la brutal muerte de Genivaldo de Jesús Santos, gaseado dentro un coche patrulla en el estado de Sergipe, noreste del país.
La dupla presidencial para las elecciones de octubre participó de un evento activista y en el cierre del acto todas las personas que estaban en el escenario se pusieron de pie y levantaron pancartas con la palabra "Justicia para Genivaldo".
"Tenemos que reaccionar ante la violencia racial o nos matarán", declaró Simone Nascimento, líder del Movimiento Negro Unificado, en un discurso ante Lula.
Genivaldo, un hombre negro de 38 años, sufría de esquizofrenia. Fue amarrado y asfixiado en el maletero de un vehículo oficial por agentes de la Policía Federal de Carreteras el miércoles en el municipio de Umbaúba, en el estado de Sergipe
El caso tuvo repercusiones en todo el país y causó una ola de indignación en redes sociales y medios de comunicación. La Fiscalía General de Brasil abrió un procedimiento para dar seguimiento al desarrollo de las investigaciones. Según la Secretaría de Seguridad Pública, el informe del Instituto Médico Forense indicó que la víctima padecía insuficiencia respiratoria aguda por asfixia mecánica.
Encuentro con Lula
El candidato izquierdista, máximo favorito para derrotar a Jair Bolsonaro según las encuestas, se reunió con varios movimientos populares este viernes por la tarde en San Pablo. Los grupos le presentaron varias propuestas para que problemas como el hambre y el desempleo sean solucionados en Brasil.
Los líderes de los movimientos están "seguros" de que Lula es el precandidato que realizará "un cambio de rumbo" en la política social brasileña. Esto se debe a que su programa de gobierno "tiene muchos puntos que son parte de las luchas sindicales y populares", dijeron los representantes durante el evento.
Los grupos están a favor de ideas que "se reduzcan las desigualdades sociales y económicas que viven actualmente millones de brasileños".
Una forma de reducir esto, según propusieron, es "llevar a cabo una reforma fiscal progresiva, la tributación de las grandes fortunas, además de la creación de un programa de renta básica permanente".