Ciudad de México. El maestro José Santos Valdés (1905-1990) no sólo es una figura central para el normalismo rural mexicano. Sintetiza un sector social, una época y un proyecto educativo. Fue hijo de peón en una hacienda en su natal Matamoros, Coahuila. Un niño que trabajó lo mismo de aguador, que labrando la tierra para completar el gasto del hogar, y que años más tarde fue promotor central de las escuelas normales rurales y de la educación socialista en el país, define Hallier Arnulfo Morales Dueñas, historiador y biógrafo de Santos Valdés.
Al provenir de una familia humilde, con dificultad logró continuar sus estudios. Le llevó nueve años cursar cinco grados de educación primaria. Pese a las carencias, consiguió, sin embargo, ingresar a la Escuela Normal de Coahuila, gracias a una beca.
A los 16 años padeció tuberculosis debido a la falta de alimentos. Se graduó como maestro en 1926, y en su larga trayectoria ocupó diversos cargos como director e inspector de escuelas primarias, director de escuelas centrales agrícolas y director de escuelas normales rurales, entre otros.
Maestro incansable
Morales Dueñas, profesor-investigador de la Escuela Normal Rural Gral. Matías Ramos Santos, de San Marcos, Zacatecas, caracteriza a Santos Valdés como un maestro incansable, que pronto participó en la consolidación de la escuela rural mexicana y fue fundador de escuelas centrales agrícolas, normales rurales y de misiones culturales, así como un activo organizador sindical del magisterio; y también del estudiantado, pues en 1938 redactó el manifiesto que dio origen a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM).
Actualmente, normalistas en Durango se oponen a la pretensión del ayuntamiento de Lerdo de renombrar el bulevar que lleva el nombre de José Santos Valdés por el del actual gobernador panista, José Rosas Aispuro.