Cuernavaca, Mor., El jornalero sólo trabaja para sobrevivir
, se queja Pedro Álvarez Gallardo, de unos 60 años, mientras mantiene sumergidas las piernas en el lodo, hasta las rodillas y con sus manos hace bordes en los surcos de una parcela en el ejido de Panchimalco, municipio de Jojutla, para que los más jóvenes que lo acompañan siembren matitas de arroz sobre esos montículos.
Los jornaleros entran a las 7 de la mañana y salen según su rendimiento, o lo que su espalda y manos aguanten
. Dice que él trabaja a destajo, a veces sólo consigue hacer una vara de bordos, por los cuales le pagan 220 pesos, pero a veces logra una vara y media y cobra hasta 330. Los más jóvenes hacen hasta dos y se llevan 440 pesos. Las varas son superficies a trabajar que los patrones marcan con unos palos.
Pero ese dinero, dice Pedro, apenas le alcanza para medio alimentar a su familia de cuatro personas y no morir de hambre, ya que todo ha subido de precio últimamente
, además paga transporte desde el municipio de Tlaquiltenango, de donde es originario, a los cultivos de arroz de Panchimalco, Jojutla.
Interrogado acerca de si hoy están mejor o peor, contestó: Pues cómo le dijera: a veces está uno mejor, pero a veces está uno peor. Es muy difícil el campo, el jornalero trabaja nada más para sobrevivir (porque) el campesino es el ejidatario o el arrendatario y los jornaleros somos nosotros
, responde al tiempo que señala a sus compañeros, algunos de los cuales también, sobre todos los de más edad, hacen bordes y los más jóvenes plantan el pachol.
Por eso pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo que mejoren los ingresos económicos de los jornaleros, porque por estos bajos pagos los jóvenes ya no quieren trabajar en el campo y eso pega en la producción de arroz, caña, maíz y hortalizas que se siembran principalmente en Morelos.
Pedro, quien también trabaja en los cultivos de caña, exigió a los tres niveles de gobierno y a los productores de arroz que suban tantito
la paga (semanal) y mejoren los precios de compra a los productores para que puedan retribuirles mejor y no dejen de sembrar el grano.