Bruselas. La Comisión Europea reveló el miércoles un plan de 210 mil millones de euros para que Europa deje de depender de los combustibles fósiles rusos para 2027 y aproveche el alejamiento de Moscú para acelerar su transición a la energía verde.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia, el principal proveedor de gas de Europa, ha llevado al bloque a replantearse sus políticas energéticas en un contexto de mayor preocupación por las crisis de suministros.
Rusia entrega 40 por ciento del gas de la Unión Europea (UE) y 27 por ciento del petróleo que importa, y a los países de la UE les está costando llegar a un acuerdo para imponer sanciones al crudo.
Para que los países dejen de consumir estos combustibles, Bruselas propuso un triple plan: un cambio para importar más gas no ruso, un despliegue más rápido de las energías renovables y un mayor esfuerzo para ahorrar energía.
Las medidas incluyen una combinación de leyes de la UE, planes no vinculantes y recomendaciones a los gobiernos de los 27 países miembros, que son en gran medida responsables de las políticas energéticas nacionales.
En conjunto, Bruselas espera que requieran 210 mil millones de euros más en inversiones para 2027 y 300 mil millones de euros para 2030, además de las ya necesarias para cumplir el objetivo climático del bloque para 2030. En última instancia, las inversiones reducirían la factura de importación de combustibles fósiles de Europa, según Bruselas.
Las inversiones incluyen 86 mil millones de euros para energías renovables y 27 mil millones para infraestructuras de hidrógeno, 29 mil millones para redes eléctricas y 56 mil millones para ahorro de energía y bombas de calor.
Activistas dijeron que esas inversiones corrían el riesgo de encerrar a la UE en una dependencia de largo plazo del gas que emite CO2, lo que contribuiría al cambio climático y a los altos precios de la energía. La Comisión señaló que las nuevas infraestructuras de gas deberían poder pasar a transportar hidrógeno renovable en el futuro.
Bruselas quiere que los países financien las medidas utilizando el fondo de recuperación COVID-19 de la UE, que tiene más de 200 mil millones de euros de préstamos no utilizados.
La Comisión también venderá en los próximos años permisos adicionales del mercado del carbono procedentes de una reserva para recaudar 20 mil millones de euros. Algunos analistas advierten que esto podría frenar los precios del carbono, socavando la señal de precios para pasar a la energía baja en carbono.
Para encabezar los planes, la Comisión propuso un objetivo jurídicamente vinculante más elevado para que 45 por ciento de la energía de la UE proceda de fuentes renovables en 2030, en sustitución de su actual propuesta de 40 por ciento.
La Comisión dijo que se requerirían algunas inversiones en infraestructuras de combustibles fósiles: 10 mil millones de euros para una docena de proyectos de gas y gas natural licuado, y hasta dos mil millones de euros para petróleo, dirigidos a los países de Europa central y oriental sin salida al mar, que carecen de acceso al suministro no ruso.