En medio de las expectativas que había generado, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, no hizo ningún anuncio espectacular este lunes y utilizó, con todos los reflectores encima, su discurso dedicado a la victoria del pueblo soviético sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial –la Gran Guerra Patria como la denominan los rusos–, para justificar la invasión al vecino país eslavo.
“El peligro era inminente. Rusia asestó un golpe preventivo contra la agresión. Tomamos una decisión obligada, oportuna y la única acertada. Nuestra decisión fue la de un país soberano, fuerte e independiente”, afirmó Putin en la Plaza Roja de Moscú, antes de que comenzara el magno desfile militar para conmemorar el 77 aniversario de la gesta soviética, transmitido en cadena nacional por los principales canales de la televisión rusa.
En contra de los vaticinios y rumores, Putin no declaró formalmente –al margen de eufemismos– la guerra a Ucrania, lo que hubiera propiciado el marco legal para una “movilización general” que podría obligar a los hombres de entre 18 y 60 años a alistarse en el ejército y obtener de ese modo cerca de 900 mil soldados adicionales, aparte de una “economía de guerra” con todo tipo de restricciones. Ni siquiera dio por concluida la “liberación” de Mariupol, una meta cumplida que pudiera compensar, en el plano mediático, el lento avance de su ejército en Ucrania.
El titular del Kremlin se centró en repetir los argumentos que lo llevaron a ordenar el comienzo de la “operación militar especial” el 24 de febrero anterior: “En diciembre del año pasado propusimos un acuerdo sobre garantías de seguridad. Rusia instó a Occidente a iniciar un diálogo honesto, a buscar soluciones de compromiso razonables, a tener en cuenta los intereses de cada uno. Todo en vano”, lamentó.
Y a renglón seguido, acusó: “De forma abierta se estaba preparando la enésima operación punitiva en el Donbás, con la invasión de nuestras tierras históricas, incluida Crimea. Kiev empezó a considerar la posibilidad de adquirir armas nucleares. El bloque de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) siguió tomando el control militar en los territorios adyacentes al nuestro”.
En ese contexto, Estados Unidos y otros países de la OTAN enviaron “el armamento más moderno” y “cientos de asesores” a Ucrania. Con esto, según el mandatario ruso, “se estaba creando de manera planificada una amenaza absolutamente inaceptable junto a nuestras fronteras y todo indicaba que sería inevitable el enfrentamiento con los neonazis y los seguidores de (Stepan) Bandera (líder de los nacionalistas ucranios en la Segunda Guerra Mundial que colaboró con la Alemania hitleriana), con el respaldo de Estados Unidos y sus socios menores”.
Putin continúo arremetiendo contra Washington, que “sobre todo después del colapso de la Unión Soviética, proclamó su carácter exclusivo, humillando no sólo a todo el mundo, sino también a sus satélites que tienen que fingir que no se dan cuenta de nada y tragarse dócilmente todo”.
Pero Rusia, agregó, “somos otro país, tenemos otro carácter” y se dirigió a los soldados rusos y los milicianos separatistas que están en el Donbás: “Están combatiendo por la patria, por su futuro, para que nadie olvide las lecciones de la Segunda Guerra Mundial. Para que no haya sitio en este mundo para los verdugos y los neonazis”.
Por eso, subrayó, “es nuestro deber guardar la memoria de quienes aplastaron al nazismo, quienes nos legaron estar atentos y hacer todo lo posible para que el horror de una guerra global no vuelva a pasar”.
Tras admitir que “la muerte de cada soldado y oficial (en la guerra de Ucrania) es dolorosa para nosotros”, el titular del Kremlin firmó este lunes un decreto en el cual “el Estado se compromete a hacer todo lo posible por cuidar de sus deudos”.
Después, como ha sido habitual cada aniversario, comenzó la exhibición de poderío militar ruso, aunque esta vez desfilaron en la Plaza Roja 2 mil soldados menos que el año pasado, igual que se mostró un número inferior de armamento (en 2021 hubo 61 piezas más), sin faltar tanques, carros blindados, cañones, sistema antiaéreos, misiles tácticos y estratégicos.
En el último momento, debido a la inesperada nubosidad, se suspendió en la capital rusa la exhibición aérea, que –como contaron los que pudieron ver el ensayo general el sábado anterior– debía concluir con una Zeta (convertido en símbolo de la invasión a Ucrania, surgido de forma casual para distinguir los tanques propios de los enemigos), formada por una escuadrilla de cazabombarderos rusos.
La celebración del 77 aniversario de la Victoria incluyó también la ya tradicional manifestación en que los rusos –cerca de un millón de personas tan sólo en Moscú– rinden homenaje a sus familiares caídos en la Segunda Guerra Mundial, portando los retratos de algún ser querido de entre los casi 27 millones de soviéticos que ofrendaron su vida para derrotar a la Alemania hitleriana.
Durante su discurso en un desfile militar masivo en la Plaza Roja de Moscú, Vladimir Putin dijo que las tropas rusas en el este de Ucrania “están combatiendo por la patria, por su futuro” y acusó a Occidente de prepararse para una "invasión de nuestra tierra". Vía Graphic News