En vísperas del Día Internacional del Trabajo y a un mes de iniciada la huelga en la empresa Servicio Santa Úrsula S.A. de C.V., del Grupo G500, Salvador Arellano Ayala, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Servicios, Casas Comerciales, Oficinas y Expendios, Similares y Conexos de la República Mexicana (SINTRACC), dijo a La Jornada que la estación de servicio promovió la inexistencia de la huelga ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje.

Narró que hace 22 años nació dicho gremio en esa misma gasolinera, que ahora busca limitar los derechos laborales de sus 42 trabajadores.

Con esa lucha se logró firmar un Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) para “recibir un salario digno, prestaciones de ley y seguridad social”. Ello se logro “después de un largo proceso organizativo y de lucha”. Hubo “negociaciones colectivas legítimas durante más de dos décadas que mejoraron las condiciones de vida de nuestras familias”.

Actualmente el conflicto laboral inició tras “la intención del patrón de cancelar nuestros derechos fundamentales a la libertad sindical, negociación colectiva y huelga, junto con las mejoras contractuales logradas mediante el diálogo y la negociación, en los casi 20 años vida de nuestra organización marcados por la aspiración legítima al trabajo decente”.

Arellano Ayala, explicó que “en un contexto generalizado en que las empresas gasolineras se niegan a pagar salarios, a cumplir la Ley Federal del Trabajo ante autoridades laborales que rayan en lo complaciente y omiten vigilarlas, la empresa Servicio Santa Úrsula S.A. de C.V. amenazó con cancelar el CCT a los y las despachadoras de gasolina a su servicio desconociendo nuestros derechos humanos laborales”.

En medio de una “larga negociación en la que el SINTRACC respetuosamente por todos los medios posibles conminó continuamente a la empresa a que cumpliera el CCT en todas y cada una de sus cláusulas administrativas y sociales”, conminó al patrón a que “cesara con su actividad injerencista tendiente a minar la integridad de nuestra organización, de chantaje, presión a las y los despachadores para que renunciaran al sindicato” el asunto se zanjó.

El dirigente añadió que también la empresa “ofreció plazas, mejores turnos y lugares de trabajo a quien cediera, enrareciendo el ambiente de trabajo, generando confrontación entre compañeros, afectando nuestra estabilidad laboral, valiéndose de esquiroles que ha contratado para desplazar a los sindicalizados; frente a este contexto de violencia sistemática decidimos en asamblea estallar la huelga en las instalaciones de la empresa”.

Así “en un escenario nacional de cambios democráticos, que ponen por encima de todo el diálogo y la negociación reflejado en reformas constitucionales y laborales y en instrumentos internacionales como el T-MEC de cuyo contenido se desprende la intención de proteger, respetar y garantizar los derechos colectivos de las y los trabajadores, responsabilizamos a la empresa de provocar este conflicto y de inducir la huelga”.

El movimiento estalló debido a la “intención patronal de eliminar nuestra la libertad sindical, el CCT y al SINTRACC, y con ello sumarse al modelo generalizado del sector gasolinero que no paga salarios, que atenta contra el trabajo decente, contra las normas laborales y se sostiene en contratos de protección patrona”.

Por todo lo anterior “solicitamos a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje desestime la intención patronal de declarar inexistente la huelga y señale una fecha pronta para el recuento que pruebe que fue ejercida por la mayoría de las y los y trabajadores de la empresa y clara muestra de que no nos detendrán en la lucha de nuestros derechos humanos laborales”.

Especificó que mañana 1 de mayo, todas las secciones del gremio realizarán un mitin en dicha gasolinera en huelga, ubicada en Calzada de Tlalpan 3039, al sur de la Ciudad de México. Allí estará un contingente de alrededor de 300 trabajadoras y trabajadores despachadores de combustible conmemorando el Día Internacional del Trabajo y exigiendo el respeto a sus derechos laborales.

Arellano Ayala recordó que antes de la existencia del sindicato, la totalidad de estos trabajadores solo recibían propinas, no un sueldo fijo, por lo que su situación era en su mayoría muy precaria. Esto cambió para quienes se afiliaron al sindicato, por lo que no darán un paso atrás en sus exigencias laborales y en uno de los aspectos que establece la reforma laboral, relativa a la libertad sindical.