Durante la madrugada del jueves pasó cerca de la Tierra el asteroide identificado con el número 418135, el cual es considerado “potencialmente peligroso” por la NASA, debido a que se ubicó a menos de una unidad astronómica del planeta; es decir, ocho veces más lejos que la distancia entre la Luna y nosotros, explicó la científica universitaria Julieta Fierro Gossman.
La investigadora del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijo que se trató de un objeto descubierto el 12 de junio de 2008 desde el observatorio Mt. Lemmon SkyCenter, en Arizona, que pasó a las 2:46 horas, a 3 millones 240 mil kilómetros de la superficie terrestre.
Con 457 metros de altura es menos del doble de la Torre KOI en Monterrey, uno de los edificios más altos de México, y se mueve 30 veces más rápido que la velocidad del sonido, pero afortunadamente no chocó contra el suelo.
Detectar objetos que pudieran colisionar con la Tierra, explicó la especialista, comenzó durante la Guerra Fría, pues se pensaba que si caía un satélite enemigo habría que destruirlo. Se descubrió que eran asteroides y se estableció una especie de policía espacial, que tuvo un telescopio en Honduras dedicado a ello, recordó la divulgadora científica.
Estudios revelan que no es la primera ocasión en que AG33 se aproxima al planeta, toda vez que ronda cada siete años a partir de 1902, de acuerdo con cálculos de los astrónomos, por lo que se prevé que su siguiente visita sea el 25 de mayo de 2029, a las 17:09 horas, precisó la ganadora del Premio Kalinga 1995, considerado el Nobel de la divulgación científica.
Los asteroides, dijo Fierro, son remanentes de la formación del sistema solar, suelen contener información importante sobre nuestro planeta; o bien, elementos de relevancia comercial, como el hierro que se puede aprovechar en la industria.
Un ejemplo claro de cómo ofrecen claves de nuestra historia es la meteorita Allende, que cayó en México y es uno de los más antiguos, que ofrece información sobre la formación de nuestro sistema solar. En el Polo Sur caen bólidos en los glaciares y donde terminan estos hay minas de objetos provenientes de la Luna o Marte, además de los del cinturón de asteroides.