Fugaz fue la visita a la réplica de la Capilla Sixtina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Junto al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, el mandatario federal recorrió la exhibición, que se presenta en el Zócalo de la Ciudad de México desde el pasado 19 y estará abierta al público hasta el 22 de mayo.
GALERÍA: Réplica de la Capilla Sixtina abre sus puertas en el Zócalo capitalino
Las réplicas de los frescos de Miguel Ángel se lograron con 2.7 millones de fotografías tomadas en 170 días en la sede original en la Ciudad del Vaticano.
Después del recorrido por la instalación, el mandatario tuiteó: “Nos visitó el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y aprovechamos para visitar la réplica de la Capilla Sixtina del gran Miguel Ángel. Las relaciones con la iglesia católica se traducen en amistad y respeto. En lo personal considero que el papa Francisco es un dirigente espiritual y humanista excepcional”.
La agenda contemplaba su participación en un acto protocolario convocado por el gobierno de la Ciudad de México, con motivo de los 30 años de relaciones entre nuestro país y el Vaticano.
Sin embargo, éste no se llevó a cabo y López Obrador, los representantes de la jerarquía católica, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, y los secretarios de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez; de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; y de Gobernación, Adán Augusto López, se dirigieron directamente al recinto.
El mandatario salió de Palacio Nacional quince minutos antes de las once de la mañana, acompañado por Paroli y otros representantes del Vaticano, así como por el titular de Gobernación.
Los esperaban al pie de la puerta central, justo al pie del histórico balcón, Sheinbaum, Ebrard y Rodríguez.
Caminaron a lo largo de la plancha del Zócalo y cuando la jefa de gobierno ofrecía dirigirse al templete instalado para el acto protocolario, el presidente optó por ir directamente al interior del museo móvil, donde se presenta la réplica de las majestuosas obras del renacentista italiano.
Diez minutos después concluyó la visita, que se dio únicamente a la primera sala, donde se muestra la réplica de los frescos. La comitiva se retiró, no sin antes posar para la foto.
“Claudia, Marcelo”, llamó el presidente al canciller y a la jefa de gobierno para que se acercaran. El mismo mandatario ha considerado a los dos como sus posibles sucesores. La jefa de Gobierno se colocó a su derecha y el canciller a la izquierda. La secretaria de Seguridad Pública caminó hasta donde estaba Ebrard y lo tomó del brazo.
Una vez cumplido el paso de la fotografía, todos regresaron hacia Palacio Nacional, donde los enviados del Vaticano fueron despedidos, pues tenían en su agenda una reunión con el secretario de Relaciones Exteriores.