Ciudad de México. Integrantes del colectivo #SélvameDelTren –que se oponen al paso por la selva del tramo 5 del Tren Maya— acudieron esta tarde a Palacio Nacional para exigir diálogo con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pese a que anoche Presidencia canceló la reunión que tenía programada con una comisión de diez personas de estos ambientalistas y personalidades, las personas citadas –salvo uno de ellos— se apersonaron en una de las calles aledañas al recinto histórico y lamentaron que no se haya dado el diálogo.
#VideosLaJornada | El actor Arturo Islas, perteneciente a la organización @selvamedeltren habla con la prensa frente a Palacio Nacional, después de que la reunión con el #presidente López Obrador fuera cancelada.#TrenMaya
— La Jornada (@lajornadaonline) April 25, 2022
Video: Pablo Ramos pic.twitter.com/uTkoNcHL1K
Remarcaron que no se oponen al desarrollo ni a la construcción del Tren Maya, sino únicamente a su paso por donde se contempla su construcción, ya que es una zona natural, con uno “de los más importantes” manto acuífero subterráneos no sólo de México sino del mundo, lo que impactará el medio ambiente y los recursos para las comunidades más vulnerables de la región.
Indicaron que ya no desean dialogar más con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales ni con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo –instancia encargada del proyecto— ya que la última palabra la tiene el mandatario federal.
Los propios investigadores del Fonatur, dijeron, reconocieron ante integrantes del colectivo que cuando se planeó que el trazo del Tramo 5 (Cancún-Tulum) pasara por la carretera federal, los empresarios españoles dueños de los hoteles de la zona se opusieron a que así fuera, pues tenían que ceder 20 metros de sus fachadas y tenían que modificarlas.
Los activistas insistieron al presidente en que vaya a la zona para que el mismo testifique los riesgos, incluso de colapso en el paso al tratarse de un suelo húmedo, y con ello habría riesgos para los usuarios del tren y para el medio ambiente al haber derramamiento de contaminantes –como combustible— en los ríos subterráneos.