Monterrey. Unas 100 personas, en su mayoría mujeres que participaron en las labores de búsqueda de la joven Debanhi Susana Escobar Bazaldúa realizaron una manifestación pacífica, en las afueras del Motel Nueva Castilla, en el municipio de Escobedo.
En la misma, demandaron a las autoridades esclarecer el asesinato de la estudiante de la Universidad Autónoma de Nuevo León y llegar a sus últimas consecuencias.
Portando moños morados y vestimenta blanca, las mujeres alzaron el puño en silencio, en señal de duelo y solidaridad con Debanhi y sus familiares. La manifestación fue abanderada por elementos de tránsito de Escobedo y de la Fuerza Civil.
El contingente, portando pancartas alusivas a la desaparición de Debanhi y de numerosas mujeres, se reunió en el exterior, a unos cuantos metros de la cisterna en la que el cuerpo de la joven de 18 años fue encontrado el pasado jueves por la Fiscalía General, pese a que el inmueble ya había sido revisado cuando iniciaron las investigaciones sobre la desaparición.
Los asistentes consideraron que la Fiscalía General de Justicia, a cargo de Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez, ha sido ineficaz y lenta, y desconfían de sus resultados.
Igualmente, dijeron desconfiar de la versión que indica que la muerte de Debanhi fue accidental y de que la joven llegó sola a estas instalaciones del motel.
Mientras tato, al menos una decena de policías y elementos de tránsito, así como elementos de Fuerza Civil, se mantuvo en las cercanías del lugar, los asistentes entonaron una canción que hace homenaje a las jóvenes desaparecidas y a las víctimas de feminicidio, además otras melodías alusivas.
Ady Lizette, quien encabezó el contingente, dijo que las mujeres en Nuevo león ya no se sienten seguras, pues la autoridad no les brinda certeza y protección y ya no pueden andar en la calle, ni vestirse como les plazca, a riesgo de ser acosadas y luego culpadas por su vestimenta o presunto mal comportamiento.
Expuso que ella misma tiene miedo, por lo que las mujeres que expresan su opinión en las marchas, ya no mencionan su nombre completo con apellidos, por temor a ser víctimas de represalias de gente enferma, que por el hecho de ser hombres, piensan que tienen derecho a acosarlas, violarlas e incluso matarlas.
Las mujeres mostraron que ahora, tienen que salir a la calle, armadas de navajas, algún tenedor, gas pimienta o cualquier instrumento que les sirva para defenderse de los acosadores.
La manifestación duró alrededor de una hora y media, pues al empezar a oscurecer, señalaron que “tenemos miedo, nos vamos a ir en grupos, para estar seguras y regresar con bien a nuestras casas”. En esta ocasión no acudieron los padres de Debanhi.