París. El cambio climático y el uso intensivo de la tierra para la agricultura ya han causado la reducción de 49 por ciento en el número de insectos en las zonas más afectadas del mundo.
Un nuevo estudio, realizado por investigadores del Colegio Universitario de Londres (UCL, por sus siglas en ingés) y publicado en Nature, es el primero en identificar que la interacción entre el aumento de las temperaturas y los cambios en el uso de la tierra está provocando pérdidas generalizadas en numerosos grupos de insectos en el mundo.
Charlie Outhwaite, del Centro de Investigación de la Biodiversidad y el Medio Ambiente de la UCL y autora principal del estudio, explicó que “muchos insectos parecen ser muy vulnerables a las presiones humanas, lo que resulta preocupante a medida que el cambio climático se agrava y las zonas agrícolas siguen expandiéndose.
Nuestras conclusiones ponen de manifiesto la urgencia de adoptar medidas para preservar los hábitats naturales, frenar la expansión de la agricultura de alta intensidad y reducir las emisiones para mitigar el cambio climático
, añadió.
Los investigadores midieron tanto la abundancia de insectos como el número de especies diferentes presentes en varias regiones del mundo, comparando estas cifras con las de zonas vírgenes menos afectadas por el cambio climático.
El estudio también concluyó que no sólo se está afectando a la población total de insectos, que se ha reducido casi a la mitad, sino también está disminuyendo el número de especies en 27 por ciento.
Las caídas son mayores bajo los trópicos
, declaró Outhwaite.
Considera que el estudio puede subestimar el declive de los insectos en el mundo debido a la falta de datos en las regiones tropicales y a que en las zonas menos perturbadas, utilizadas como comparación, la huella humana ya es significativa.
Los resultados, en consonancia con estudios anteriores sobre el declive de las poblaciones de insectos, se basan en datos de 18 mil especies, recogidos entre 1992 y 2012 en 6 mil lugares.
Las investigaciones anteriores fueron a pequeña escala, con un número limitado de especies
, aclaró.
El nuevo estudio, en cambio, es un análisis cuantitativo de la interacción entre dos motores
, el calentamiento y el cambio de uso del suelo, sobre grandes conjuntos de datos globales
.
Consecuencias desastrosas
La caída de cantidades de insectos, cruciales para la dieta de muchas otras especies, tiene consecuencias desastrosas.
Alrededor de tres cuartas partes de los 115 cultivos alimentarios más importantes dependen de la polinización, como el cacao, el café y las cerezas.
Algunos insectos, como las mariquitas, las mantis religiosas y las avispas, también son necesarios a fin de controlar otros insectos perjudiciales para los cultivos.
El estudio también muestra que los efectos combinados del cambio climático y la agricultura intensiva, incluido el uso generalizado de insecticidas, son peores que si los dos primeros factores actuaran por separado.
Por ejemplo, incluso sin el cambio climático, la conversión de una selva tropical en terreno agrícola hace que la zona se caliente debido a la pérdida de vegetación que proporciona sombra y mantiene la humedad en el aire y el suelo.
Esta aridificación se ve reforzada por el calentamiento global.
En un estudio anterior, los investigadores estimaron que el número de insectos voladores había disminuido en promedio 80 por ciento en Europa, lo que había provocado un descenso de las poblaciones de aves.
No podemos seguir perdiendo especies sin provocar a la larga consecuencias catastróficas
, sostuvo Tom Oliver, de la Universidad de Reading, que no participó en el estudio.