Chilpancingo. El nuevo obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, anunció que continuará el diálogo con los grupos de la delincuencia organizada, al igual que lo hizo su predecesor Salvador Rangel Mendoza, y también se dijo partidario de impulsar con los pueblos originarios de Guerrero “la iglesia autóctona”, como ya existen en algunas entidades del país.
Esta mediodía en conferencia de prensa, en donde estuvo acompañado por el obispo saliente, Salvador Rangel Mendoza, advirtió que “no se podrá dialogar con aquellos grupos que anden drogados, con ellos mejor hay que correr” y agregó que va aprender con su experiencia ( de Rangel Mendoza).
Mencionó entre sonrisas, que por lo general, ante los grupos del crimen organizado se presenta diciéndoles: “este soy yo, no me vayan a venadear y si me van a venadear no me vayan a confundir con otros”.
Consideró que tanto al gobierno que lo más sano para el gobierno y los grupos delictivos “ es que exista silencio y que tanto la iglesia y los medios de comunicación guarden silencio, pero se debe preponderar el diálogo”
Dijo que trae la encomienda del papa Francisco Bergoli, de llegar a servir “con una actitud humilde, el papa me nombró como obispo de esta diócesis, y que haya confiado a otro (de la congregación) Franciscano para que continúe esta obra, con formación en Tierra Santa; hemos aprendido a convivir con diferentes hermanos, de otras iglesias y otras lenguas”.
Recordó que en su paso por las comunidades indígenas de los estados de Nayarit y Durango, los pobladores lo nombraban como “Chuy, fray Chuy, u obispo Chuy”.
Denominó a esta diócesis como “un campo minado” y señaló que la misión de la iglesia y de los frailes franciscanos es “llevar diálogo y paz a aquellos hermanos que están enojados o endemoniados”.
Dios nos concedió la gracia de caminar en medio de dificultades, de guerras “allá nos tocó la guerra, aquí no estamos en guerra, pero también hay armas, pero también hay quien asuste en el camino, y sí nos asustamos, pero ya no tanto”.
También dijo que siempre ora para que no haya corrupción en el gobierno, pero que también buscará una reconciliación con las autoridades estatales, “vamos a pedir disculpas si los hemos ofendido, si es necesario, y mantener el diálogo con el crimen organizado para continuar con la labor de pacificación”.
González Hernández manifestó que pedirá a los pueblos indígenas “lo adoptan”, se va a trabajar con ellos en un proyecto para las iglesias autóctonas “vamos a llegar hasta donde me dejen llegar”.
Por su parte, el obispo saliente Salvador Rangel Mendoza, se mostró partidario de una Ley de Amnistía para los grupos delictivos en Guerrero, tal y como lo propuso el presidente Andrés Manuel López Obrador “en la entidad los grupos delictivos no son tan malos”.