Estado líquido, exposición en la que artistas migrantes expresan sus mundos interiores mientras se promueve la empatía y se visibilizan los retos e incertidumbre de una nueva vida, está integrada por pinturas que tejen lazos de acompañamiento entre quienes han sido obligados a desplazarse de sus lugares de origen.
Así, el arte se convierte en un lenguaje universal para fomentar el intercambio, pues las cifras deshumanizan un fenómeno cruel.
Las creaciones de 10 artistas se exponen en Casa Ribera, una renovada edificación porfirista que abrió hace dos años como restaurante, cafetería, librería y espacio cultural. En su travesía, los expositores aprendieron la experiencia de abandonar el hogar natal para migrar hacia una nueva realidad, aunque comparten el mismo hogar: la Tierra
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Alesha Mercado, curadora de la muestra, destacó durante la inauguración, el pasado 7 de abril, que la cultura no es un lujo o privilegio, sino un motor de desarrollo, de paz y de conciencia, pues el arte da la posibilidad de imaginar realidades distintas.
Metafóricamente, la sociedad posmodernista en la que vivimos nos ha convertido en seres fluidos habitando una realidad líquida, cambiante, imprevisible e individualista
. Con estas palabras se presenta la selección de obras en la pequeña galería ubicada en el número 128 en la calle Salvador Díaz Mirón, en Santa María la Ribera. Estado líquido abre un espacio de contemplación, celebración, diálogo y colaboración, fecundado por el trabajo solidario del Programa Casa Refugiados, SAQ Gallery, Casa Ribera y la Red Abriendo Puertas.
Arte que sale del corazón
Tayisiya Teplyuk, artista de origen ucranio, expresó que es una gran oportunidad de mostrar el arte que sale del corazón y tener un espacio para compartir sentimientos de quienes son de otros países. Ella vivió su infancia en Ecuador y desde hace dos años reside en México. En esta exposición presenta retratos de animales y la alegría de los colores del arcoíris en pequeño formato, un mensaje claro de respeto a la fauna.
Comentó que prepara una serie sobre la mitología e historia de Ucrania, nación muy antigua y que el mundo ha opacado, y sobre la que, considera, no hay mucha información. Me gustaría mostrar quienes somos; es un orgullo ser ucrania
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La fotógrafa venezolana Natalia Orlexys describe que capturar escenas de la cultura que la adoptó es un recordatorio de que ser migrantes no es sólo un estatus legal, sino que se ha convertido en parte de su identidad. Con sus imágenes muestra pequeños escenarios, aparentemente insignificantes, que le ha regalado México, nación de la que está enamorada.
Sobresalen las figuras femeninas de brillantes tonalidades, de tres acrílicos, de José Gotopo, artista venezolano fallecido en agosto pasado en México, quien destacó por su preocupación por la alquimia de la pintura y la inteligencia de los materiales, entre un gran juego de color. En sus lienzos surgieron rostros humanos, mujeres pájaros, especies habitantes del mar y naturalezas muertas. La donación que hizo de una de sus obras a Casa Refugiados detonó el fomento a las expresiones artísticas, como esta exposición.
Florian Höpfner, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), refiere que el organismo acompaña a más de 18 mil personas en su proceso de integración digna.
Destacó que muchos se ven obligados a huir de su lugar de origen porque su vida corre peligro; sin embargo, al arribar a nuevos destinos encuentran posturas de rechazo y miedo, pero se gana más con la inclusión, pues pueden contribuir al desarrollo, como demuestran actividades artísticas como esta. No es sencillo llegar a un país desconocido, sin un lugar de apoyo, tal vez sin hablar el idioma ni las mismas referencias culturales, sin acceso a servicios
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La exhibición Estado líquido es parte del trabajo de la asociación civil Casa Refugiados que, con el Acnur, implementa en la Ciudad de México un programa de asistencia humanitaria y de procesos de integración local.
Las obras que permanecerán en exposición hasta el 26 de abril están a la venta. Los recursos servirán para seguir financiando las actividades de la AC, entre ellas asesoría legal, acompañamiento en procesos educativos y búsqueda de empleo, así como apoyo sicológico.