Con el propósito de establecer un mecanismo de mayor equidad para tomar la palabra en la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, los asientos de las tres primeras filas del salón Guillermo Prieto (Tesorería) de Palacio Nacional serán sorteados a partir del lunes 18 de abril.

Ante el impacto probado de la mañanera (millones de vistas cada día en el espacio online de medios de comunicación; canales y redes sociales, tanto gubernamentales como privados, entre otros), algunos de los acreditados apartan lugar afuera de Palacio incluso desde la noche previa o en la madrugada, en un afán de ocupar un sitio justo frente al mandatario y exponerle encargos, más que hacer preguntas.

En el invierno hasta apartan el lugar con algún objeto –como en las lecherías– para guarecerse con cobijas en automóviles.

Las gestiones expuestas durante la conferencia matutina son canalizadas frecuentemente a la Dirección de Atención Ciudadana de la Presidencia de la República.

La responsable del área, Leticia Ramírez, señala en entrevista que su labor es acercar de manera directa, sin intermediarios, a los ciudadanos con las áreas gubernamentales correspondientes.

En lo que va del sexenio lleva en su registro de poco más de 253 mil asuntos atendidos, con 84.4 por ciento como nivel de respuesta. Además, dio atención (a nivel de orientación y seguimiento) en 59 mil 263 casos y están anotados, como manifestantes atendidos, 2 mil 583 grupos.

La funcionaria asiste cada día a la conferencia; desde antes de las 7 de la mañana permanece de pie en uno de los extremos del salón, atenta a las indicaciones del Presidente, quien suele decirle: ahí te encargo, Lety.

Es así como la mañanera se convirtió en otra fuente de recepción de asuntos, tal como ocurre cuando personas interceptan al Presidente en alguna gira para hacerle peticiones o con los casos que exponen personas que a diario se forman sobre la calle de Correo Mayor. A ello se suman las vías electrónicas de recepción de documentos.

Yo parto de decirle a todo el que viene que tienen el derecho de ser escuchados; no me causa ninguna dificultad atenderlos, sea un planteamiento directo del ciudadano o aquel que hacen los reporteros.

Eso sí, aclara, mi trabajo es acercar al ciudadano, no al periodista, con el funcionario que pueda dar solución al problema.

Es cierto que la gente tiene la percepción de que su asunto se resolverá tan sólo si se lo dice personalmente al Presidente o si él lo escucha en la mañanera, lo cual no es exacto –comenta a La Jornada–, porque hay veces en que son conflictos entre particulares o corresponden al Poder Judicial, por ejemplo.

Aun así, de todas formas tratamos de ayudarlos. Los escuchamos a todos, señala.

Torbellino cibernético

El impacto de la mañanera puede medirse con el número de seguidores, vistas, likes o comentarios en cada canal o red. Son millones.

Tan sólo en YouTube, el canal Gobierno de Mexico tiene 717 mil suscriptores y la transmisión del inicio de operaciones del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles –por mencionar una pieza reciente– tiene más de 338 mil vistas.

El canal particular de Andrés Manuel López Obrador y varias de las mañaneras recientes han sido vistas, cada una, por más de un millón de personas.

A lo anterior deben sumarse los sitios oficiales y privados de Twitter, Facebook, Instagram y TikTok.