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Informe de AMLO por los 100 días de su cuarto año de gobierno

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Foto: Roberto García Ortiz
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12 de abril de 2022 21:09

Amigas, amigos.

Servidores públicos.

Mexicanas, mexicanos:

En los tres primeros meses del año 2022 lo más significativo ha sido, para bien, la disminución de la pandemia del COVID-19. Es cierto que otra causa externa —la invasión de Rusia a Ucrania— está produciendo trastornos en lo económico y humanitario, pero, aun siendo lamentable esa guerra, como cualquier otra, nada nos causó tanta tristeza y dolor, y nada dañó tanto nuestras actividades productivas y sociales como la pandemia que padecimos en los dos últimos años.

Sin embargo, con el apoyo del pueblo y con la imaginación, el trabajo y la honestidad de los servidores públicos, estamos saliendo adelante y viviendo tiempos de esperanza y transformación.

En épocas de normalidad política no es tan complicado el oficio del gobernante. Lo difícil, pero al mismo tiempo sublime, es hacerlo bien en periodos de adversidad. Y nosotros —porque esta ha sido y seguirá siendo una labor de todo un pueblo— hemos demostrado con nuestro bendito idealismo que lo difícil se logra y que lo imposible, cuando menos, se intenta o se enfrenta.

Los datos demuestran el avance al día de hoy:

Están inscritos en el Seguro Social 21 millones de trabajadores, una cifra histórica, al igual que el salario promedio, que es de 14 mil 370 pesos mensuales.

Desde que llegamos al gobierno el salario mínimo ha aumentado 71 por ciento en términos reales. Con ello, su poder adquisitivo se ha incrementado por primera vez en más de cuatro décadas.

El año pasado las remesas fueron de 51 mil 594 millones de dólares y siguen aumentando como nunca: en este primer trimestre han crecido en 18 por ciento en relación con el mismo periodo del año anterior.

En poco más de tres años el peso se ha fortalecido en más de dos por ciento con relación al dólar, o sea, no se ha depreciado, como solía pasar.

La mezcla mexicana de petróleo se vende en 92 dólares el barril.

La economía se está recuperando. El año pasado crecimos cinco por ciento, casi lo mismo que Estados Unidos.

La inflación es menor a la de nuestro país vecino del norte.

La deuda ha crecido menos que en los tres sexenios anteriores.

El índice de la Bolsa de Valores ha aumentado, en tres años cuatro meses, 31 por ciento.

Aunque el Banco de México incrementó la tasa interés a 6.5 por ciento, de todas formas, es menor al ocho por ciento de cuando llegamos al gobierno.

La inversión extranjera ha sido la más alta de los últimos tiempos.

Las reservas internacionales del Banco de México han aumentado en 15.5 por ciento.

En 2022, hasta el día de ayer, han ingresado a la hacienda pública un billón 404 mil 928 millones de pesos, es decir, un incremento en comparación con el año pasado de 131 mil 282 millones de pesos, 2.5 de aumento en promedio en términos reales.

Estamos conscientes que fue un acierto el haber renovado el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá. Ahora México es uno de los países más atractivos del mundo para la inversión, el desarrollo económico y el comercio. Un dato: a pesar de la pandemia, en tres años el comercio agroalimentario con Estados Unidos pasó de 47 mil 400 millones de dólares a 64 mil millones de dólares, un incremento del 35 por ciento.

En cuanto a la infraestructura para el desarrollo nacional y la creación de empleos, informo que cumplimos con inaugurar el Aeropuerto Internacional ‘Felipe Ángeles’, obra emblemática de gran calidad que nos permitió un ahorro de 120 mil millones de pesos. Se terminó en tiempo récord, con las manos de trabajadores de la construcción, mujeres y hombres, obreros, ingenieros militares y con la participación de empresas y proveedores nacionales y extranjeros.

Añado que los ingenieros militares están por iniciar la construcción del Aeropuerto Internacional de Tulum, Quintana Roo, que entrará en operación a finales del año próximo.

Hemos venido garantizando el mantenimiento de los 40 mil 500 kilómetros de la red de carreteras del país, con una inversión hasta finales de este año de 44 mil millones de pesos. Lo mismo se ha hecho con la construcción de nuevas carreteras, ampliación de autopistas, puentes, libramientos, viaductos y caminos rurales.

Destaco que este año se terminará la carretera de Oaxaca a Puerto Escondido; la autopista La Pera-Tepoztlán-Cuautla; la de Estación Chontalpa hacia Malpaso, Chiapas; y los caminos rurales de Tamazula a Canelas, en Durango; de Badiraguato, Sinaloa, a Guadalupe y Calvo, Chihuahua; de La Yesca, en Nayarit; el camino de Tayoltita, Durango, a San Ignacio, Sinaloa; de Tlapa a Marquelia, en Guerrero; y el que va de la presa El Cajón a Guadalupe Ocotán, en Nayarit; así como 130 caminos de concreto construidos por los pueblos de Oaxaca.

En materia de trenes estamos comprometidos a revertir el tremendo daño causado al país por la privatización de los ferrocarriles y la desaparición de este transporte de pasajeros que formaba parte de la historia nacional. El compromiso es dejar operando a finales de nuestro gobierno dos mil 600 kilómetros de trenes de carga y pasajeros.

Ya se concluyó el Tren Suburbano de Guadalajara.

Está por iniciar la línea a Tlajomulco, también en Jalisco.

El año próximo terminaremos el de Toluca a Observatorio, en la Ciudad de México; y el de Lechería, que permitirá llegar en 45 minutos desde la estación de Buenavista en el centro de la Ciudad de México, al Aeropuerto Internacional 'Felipe Ángeles'.

También están en proceso de construcción o por licitarse tramos que suman mil kilómetros, como la reconstrucción de las vías del tren de Palenque a Coatzacoalcos, el ramal de Estación Chontalpa a Dos Bocas, el ferrocarril del istmo y el de Ixtepec a la frontera con Guatemala.

Asimismo, a finales del año próximo estarán concluidos los mil 500 kilómetros de vías férreas del Tren Maya y estaremos iniciando la operación de este importante medio de transporte que beneficiará a la población de cinco estados del sureste de la República.

De los avances en el sector energético destaco lo siguiente:

Luego de 14 años de pérdidas continuas de producción, ahora ya estamos aumentando la extracción de petróleo. En este año el promedio de producción de crudo es de un millón 752 mil barriles diarios.

Desde que llegamos al gobierno hemos incrementado nuestra capacidad de refinación.

Las importaciones de combustibles han disminuido en 48 por ciento en este tiempo. Esto ha sido posible porque se han rehabilitado las seis refinerías, se compró la de Deer Park, en Texas; en julio estará en operaciones la nueva refinería de Dos Bocas, la Refinería “Olmeca”, de Paraíso, Tabasco, ¿verdad, Rocío?

Y con la terminación de la coquizadora de Tula el año próximo seremos autosuficientes en gasolinas, diésel y turbosina.

Además, en estos últimos días, por la disposición de fondos, resolvimos construir en 24 meses otra planta coquizadora en Salina Cruz, con lo cual prácticamente sólo produciremos gasolinas y diésel, y no combustóleo. Así obtendremos mayor rentabilidad económica y reduciremos las emisiones contaminantes.

A pesar de la pandemia, de la crisis económica que provocó, de la guerra de Rusia y Ucrania que ha implicado inestabilidad en el mercado y aumentos de petróleo y del gas, nosotros estamos saliendo adelante. En México no han subido los precios de estos combustibles ni las tarifas eléctricas, y ello nos ayuda a frenar la inflación, a fortalecer la economía popular y a garantizar el bienestar de los mexicanos, sobre todo de los más necesitados.

Por ejemplo, el día de hoy se da a conocer que la inflación en marzo por energéticos, sólo por energéticos, en Estados Unidos alcanzó el 2.5 por ciento y en nuestro país, en el mismo mes de marzo, fue de 0.6 por ciento.

En estos tiempos no sólo estamos rescatando el petróleo, sino también nos encontramos luchando por recuperar el control de la nación sobre la industria eléctrica, tanto para garantizar la soberanía energética del país como para tener un abasto de electricidad estable, confiable y con precios justos, a salvo de circunstancias terribles como las que se han presentado en Texas y las que se viven en algunos países de Europa como consecuencia de privatizaciones salvajes de la industria eléctrica.

Recordemos que la Comisión Federal de Electricidad fue fundada por el presidente Lázaro Cárdenas del Río y que el presidente Adolfo López Mateos nacionalizó la industria eléctrica para llevar la electricidad a los pueblos más apartados de México y a los hogares más pobres, esos lugares y esos hogares que a las empresas privadas no les interesa atender y que se verían incapacitados para pagar el recibo de la luz si continuara imperando el afán empresarial de lucro y de ganancia, y no el servicio en beneficio del pueblo.

En estos días está en debate para su aprobación o rechazo nuestra propuesta de reforma a la Constitución para que la nación recupere el control de la industria eléctrica nacional. Son tiempos de definición y, sin medias tintas, los legisladores tendrán que decidir si se colocan como defensores de los intereses de las empresas particulares nacionales, y fundamentalmente extranjeras, o si optan en los hechos por ser auténticos representantes del pueblo y de la nación. Lo bueno es que pronto, muy pronto, sabremos quién es quién en tan relevante emplazamiento; creo que el domingo próximo se sabrá.

Además, es importante que se conozca que ya nos protegimos en caso de una traición, esto es trascendente para que haya tranquilidad en nuestro pueblo, si hay una traición ya estamos protegidos. Hace unos días la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró constitucional la Ley de la Industria Eléctrica, que inicialmente propusimos y que aprobó el Congreso para cancelar la decisión perversa, impuesta por los neoliberales corruptos, de no considerar como limpia la energía producida en las hidroeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad, con la descarada intención de darle preferencia al despacho de las energías producidas con gas en las termoeléctricas privadas extranjeras, como las termoeléctricas de Iberdrola.

Asimismo, informo, también para tranquilidad de los mexicanos, que si no alcanzamos las dos terceras partes de los votos para la reforma constitucional en materia eléctrica por el boicot de los legisladores entreguistas, conservadores, de derecha, reaccionarios, enviaré de inmediato, al día siguiente, el lunes próximo, una iniciativa al Congreso para modificar la Ley Minera, que sólo requiere de la aprobación de la mayoría simple de diputados y senadores, para establecer que el litio —mineral estratégico en el desarrollo industrial y tecnológico futuro, ambicionado por las corporaciones y por gobiernos extranjeros, y me consta— sólo podrá, mediante esa reforma, ser explotado por el Estado mexicano y quedará así como propiedad absoluta del pueblo y de la nación.

Frente al problema de la inflación que afecta a todo el mundo, nosotros hemos podido evitar su desbordamiento con la autosuficiencia y el control de precios de los energéticos, pero también en buena medida con la mayor producción de alimentos de la canasta básica. Es un hecho que los Precios de Garantía, el apoyo directo a campesinos y pescadores, la entrega gratuita de fertilizantes y el programa Sembrado Vida han mejorado el autoconsumo y la producción de alimentos en el país.

El año pasado aumentó la producción de maíz, frijol, arroz y trigo en dos millones de toneladas en comparación con 2018. No obstante, es indispensable destinar más apoyos al campo para beneficio de sus pobladores y también para avanzar en nuestro propósito de autosuficientes en producción de alimentos.

Hay dos objetivos fundamentales para garantizar nuestra independencia, nuestra soberanía: la autosuficiencia energética y la autosuficiencia alimentaria. Es por ello que decidimos aumentar el monto del apoyo a un millón de campesinos del programa de Producción para el Bienestar. De igual forma, está en marcha la entrega de fertilizantes gratuitos en Guerrero, Puebla, Tlaxcala y Morelos, así como a productores de Chiapas, Oaxaca, Zacatecas, Durango y Nayarit. Además, continúan en construcción presas y sistemas de riego para incrementar la producción de alimentos.

Ahora, como ha quedado de manifiesto, el Estado es abierto promotor de actividades productivas para el desarrollo, contraviniendo los criterios neoliberales. Y es aún más notoria su participación, la del Estado, en el cumplimiento de su responsabilidad social.

La política en pos del bienestar del pueblo y el combate a la corrupción constituyen la esencia de nuestro quehacer gubernamental. Es un timbre de orgullo el repetir y, sobre todo, hacer realidad el principio de que, por el bien de todos, primero los pobres.

Recuerdo que hace un año nos comprometimos a que la pensión universal para adultos mayores se entregaría a partir de los 65 años y se incrementaría gradualmente hasta llegar al doble al inicio de 2024. Hoy puedo decir que estamos cumpliendo, en la actualidad hay 10 millones 163 mil adultos mayores que están recibiendo su pensión. Desde el anuncio de marzo del año pasado se inscribieron 2.3 millones de adultos mayores entre 65 y 67 años; asimismo, de entonces a la fecha la pensión bimestral pasó de dos mil 700 pesos a tres mil 850 pesos, un 42 por ciento de incremento.

Pero no sólo eso, todos los programas para el bienestar se han ampliado y este año recibirán beneficios directos 25 millones de familias mexicanas. En otras palabras, el 70 por ciento de las familias del país reciben cuando menos un apoyo del presupuesto nacional de manera directa y en los estados más pobres como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, ya se atiende a casi el 100 por ciento de los hogares.

El desafío mayor es nuestro propósito de establecer un verdadero Estado de bienestar, consiste en hacer realidad el derecho a la salud y en eso estamos. Una vez que la pandemia de COVID ha bajado de intensidad, el sector Calud, como lo hicimos para enfrentar la pandemia, en forma conjunta está llevando a la práctica un plan para garantizar atención médica de calidad y medicamentos gratuitos a toda la población.

El modelo que estamos aplicando es el del IMSS-Bienestar, cuyo fortalecimiento y ampliación consiste en mejorar las instalaciones de unidades médicas, centros de salud y hospitales, contar con médicos generales, con especialistas y con personal de salud suficiente y todo el tiempo. Van a haber médicos en los centros de salud también los fines de semana, que se enferma también la gente el sábado y el domingo.

Se van a garantizar análisis clínicos y el 100 por ciento en abasto de medicamentos, al mismo tiempo que vamos a regularizar con plazas y prestaciones a 80 mil trabajadores de la salud.

Ya hemos levantado inventarios en 14 estados. Así podemos saber exactamente qué se necesita en cada centro de salud comunidad, municipio y región.

Y ya iniciamos en Nayarit el nuevo plan de operación, el cual nos permitirá evaluar resultados y replicar el método de federalización voluntaria en todos los estados del país. No hablo de presupuesto, porque para este plan no hay techo financiero, no hay límite; tenemos todo el dinero que se necesite.

En materia de educación seguimos ampliando la cobertura y mejorando la calidad de la enseñanza. Son cuatro nuestras prioridades:

Atender con respeto y justicia a maestras y maestros. Nunca más ofenderlos, nunca más ningunear a nuestras maestras y maestros.

Actualizar los contenidos de los libros de texto.

Otorgar becas en todos los niveles escolares a estudiantes de familias pobres.

Y mantener en buen estado las instalaciones educativas con la entrega de presupuesto a las sociedades de madres, de padres de familia y a tutores de alumnos.

El mes próximo llegaremos a un acuerdo con la representación sindical de los trabajadores de la educación para incrementar en términos reales sus ingresos.

Hasta la fecha, con la participación de maestros, maestras y pedagogos, se han reformado los contenidos de 97 libros de texto, al mismo tiempo que se han adquirido 172 títulos y 27 materiales impresos complementarios para mejorar el conocimiento de educadores y educandos en todas las materias.

Asimismo, no se han dejado de entregar 11 millones de becas a estudiantes, desde preescolar hasta doctorado. Una cifra sin precedente, nunca visto en la historia de México.

En la actualidad, 68 mil escuelas han recibido de manera directa un presupuesto para mantenimiento de sus instalaciones y este año se incrementará el número de escuelas atendidas hasta llegar a 105 mil planteles.

De igual forma, será mayor el monto que reciban. Es la entrega directa del presupuesto a las sociedades de madres y padres de familia para el mantenimiento de las escuelas. Van a recibir ahora más porque esas sociedades de padres y madres de familia decidirán también cómo usar los fondos que antes se les entregaban a 20 mil escuelas a través de intermediarios y se manejaban sin transparencia en el programa denominado Escuelas de Tiempo Completo.

Agrego que continúa ampliándose el programa de fomento a la lectura. Sólo el Fondo de Cultura Económica lleva impresos 92 títulos con cuatro millones 650 mil ejemplares.

Se están creando o se encuentran en proceso de construcción parques ecológicos de recreación y de historia. Por ejemplo:

Se decretó área natural protegida el lago de Texcoco.

Se está proyectando el Parque del Jaguar en una superficie de más de mil hectáreas en Tulum, Quintana Roo.

Se continúa trabajando en la ampliación del Bosque de Chapultepec, de la Cuarta Sección de este histórico parque, Bosque de Chapultepec.

Y está por inaugurarse el Centro Cultural y Turístico de las Islas Marías, esa prisión que ahora va a destinarse al disfrute, a la recreación de los mexicanos. Esta Isla Madre va a estar coordinada, administrada por un gobernador de la Secretaría de Marina. Ya se están adquiriendo dos ferris para salir de Mazatlán y de San Blas, en Nayarit, a las Islas Marías y estar en dos horas y media, y poder conocer esa maravilla natural, ese infierno que ahora es un paraíso y que nos va a hacer recordar mucho nuestra historia.

Gracias a nuestras convicciones y a la perseverancia sobre cómo entender y atender el problema de la inseguridad y la violencia, poco a poco hemos venido avanzando en el propósito de vivir libres de miedos y temores, en entornos familiares fortalecidos y en una sociedad caracterizada por la justicia y por la paz.

Es importante subrayar que quienes sólo piensan —porque es así— en medias coercitivas o de fuerza para enfrentar el flagelo de la violencia y obviamente no creen, como nosotros, que la paz es fruto de la justicia, lo más que nos concedían antes y ahora en el debate, y eso, como se dice coloquialmente, para darnos el avión, era el aceptar que tal vez atender el origen del problema funcionaría, pero que los resultados tardarían mucho en verse, y al amparo de esta excusa o pretexto nunca se emprendía nada para atender las causas de la violencia.

Está el ejemplo de los jóvenes. Lo más que hicieron fue llamarles de manera despectiva ‘ninis’, que ni estudian ni trabajan, nunca un programa para atenderlos.

Hablaban de que, a las entradas de los pueblos, en las gasolineras, estaban los ‘halconcitos’, y eso era parte de la narrativa; pero nunca hicieron algo para que esos jóvenes tuviesen oportunidad de estudiar y tuviesen garantizado el derecho al trabajo.

Por fortuna, nosotros desde el primer día fuimos a la raíz del problema y empezamos a aplicar programas dirigidos a beneficiar a obreros —y hay pruebas de lo que estoy expresando—, a desempleados, a campesinos abandonados, a jóvenes, a adultos mayores y a familias pobres, todo lo cual ahora nos ha permitido enfrentar con buenos resultados el grave problema que heredamos de inseguridad y de violencia.

De no haber actuado, como lo hicimos desde el principio, con los Programas para el Bienestar, posiblemente no tendríamos ahora ni siquiera la leve disminución en homicidios, que año con año se incrementaban hasta llegar a lamentables cifras históricas.

Por eso, aun cuando se trabaja todos los días atendiendo los efectos y consecuencias, como lo hacemos, en forma coordinada, con el profesionalismo, la disciplina y la honestidad de los integrantes de las Fuerzas Armadas y de los miembros del Gabinete de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, a pesar de todo eso, lo más importante ha sido la atención a las demandas y necesidades del pueblo.

Podrá llevarnos más tiempo pacificar el país, pero la fórmula más segura es atender el fondo. Por ejemplo, no olvidar a los jóvenes, garantizarles espacios de estudio y de trabajo para evitar que sean enganchados por la delincuencia a cambio de dinero, fama o lujo barato.

Como es sabido, la búsqueda de esos placeres momentáneos o fugaces casi siempre terminan en mayor tristeza e infelicidad, de modo que la verdadera confrontación con los jefes de las bandas, la real, la profunda, la importante, es evitar que se lleven a los jóvenes y dejar a los capos solos, con sus lugartenientes y sicarios, enfrentando a las autoridades, pero sin un ejército de reserva para delinquir; quitarles sus bases, quitarles a los jóvenes.

Por eso estamos atendiendo a los jóvenes con el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, creando empleos, haciendo realidad el derecho a la educación, combatiendo la pobreza, fortaleciendo valores culturales, morales, espirituales; y también, desde luego, actuando con profesionalismo, perseverancia, coordinación y respeto a los derechos humanos para garantizar la seguridad pública, y algo muy importante: no permitiendo la corrupción ni la impunidad.

Fruto de ese trabajo conjunto de todos los días son los siguientes resultados:

En el tiempo que llevamos en el gobierno se redujo el robo de combustibles, el llamado huachicol, en 95 por ciento; los homicidios en 3.5 por ciento; el robo de vehículos en 40 por ciento; el secuestro en 41 por ciento; el robo a casa habitación en 29 por ciento; el robo a negocio en 23 por ciento; el robo a transeúnte en 22 por ciento; el robo a transportistas en 31 por ciento; robo al transporte público colectivo en 33 por ciento.

En suma, de 12 delitos considerados de mayor impacto, sólo tres han presentado aumentos: el feminicidio, que creció en 15 por ciento y, repito, que posiblemente antes no se clasificaba como ahora; la extorsión, que aumentó en 40 por ciento, y el robo en transporte público individual, en 22 por ciento.

Todo este esfuerzo para conseguir la paz se ha llevado a cabo sin violaciones a los derechos humanos, sin el involucramiento de las fuerzas federales en masacres, sin cometer torturas, sin desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, como ocurría antes.

Aquí destaco la importancia de la creación de la Guardia Nacional, que ya cuenta con 113 mil elementos, los cuales operan desde 233 cuarteles, construidos también por los ingenieros militares en casi todas las regiones del país.

Expreso mi reconocimiento sincero y fraterno a las Fuerzas Armadas. Sin la lealtad de las secretarías de la Defensa y de Marina y sin su entrega al pueblo, no tendríamos, lo digo de manera sincera, los mismos resultados en seguridad, en desarrollo y en bienestar.

Con las Fuerzas Armadas ayudamos a la población afectada en la pandemia, como es de dominio público; ayudamos cuando la población civil sufre por huracanes, inundaciones, temblores, incendios y otros siniestros, y con ellas contenemos también a la delincuencia organizada e impulsamos la reconstrucción de la seguridad y de la paz en las regiones del país más afectadas por la violencia delictiva.

Gracias, almirante José Rafael Ojeda Durán.

Gracias, general Luis Cresencio Sandoval González.

Gracias, Rosa Icela Rodríguez.

Gracias también a todas, a todos ustedes, los miembros del gabinete y de las instituciones del gobierno de la República, que se han comportado a la altura de las circunstancias.

Es un equipo de trabajo de mujeres y hombres que han demostrado ser auténticos servidores públicos, trabajadores honestos y, algo que es muy importante, con profundas convicciones sociales, con convicciones humanistas.

Amigas y amigos:

Hace dos días por primera vez se llevó a cabo el proceso constitucional de revocación de mandato y la mayoría de la gente votó a favor de que continúe en el gobierno y que concluya mi mandato hasta finales de septiembre del 2024.

No voy a profundizar, porque es sabido de la importancia de este ejercicio extraordinario de la democracia participativa, que reafirma la soberanía del pueblo y obliga al gobernante, no sólo a mandar, sino sobre todo a obedecer y a servir.

Agradezco de todo corazón la confianza y el respaldo de la gente porque sin ello, sin el apoyo del pueblo, no podríamos resistir el embate de los conservadores corruptos ni lograr, que eso es lo más importante, el bello ideal de continuar transformando el país, inspirados en nuestra ejemplar historia, en el legado que nos dejaron nuestros héroes, en las culturas del México profundo, de las cuales dimanan las mejores lecciones de trabajo, libertad, justicia, democracia, honestidad, dignidad y amor por los demás.

En el tiempo que nos falta, dos años y medio, un poco menos, deseo que, como ha sido hasta ahora, con el apoyo del pueblo sigamos caminando hacia el Estado de bienestar, que nos permita erradicar el hambre y vivir libres de miseria.

Tenemos la encomienda de garantizar la seguridad social desde el nacimiento hasta la muerte; que nadie en México nazca condenado a la pobreza, sin justicia, sin porvenir. Que se abran las más amplias oportunidades para ascender mediante el estudio y el trabajo en la escala social, sin dejar nuestra identidad, el orgullo de nuestro origen y que se convierta en realidad el derecho a la felicidad.

Pienso que hay dos cosas fundamentales:

Continuar impulsando con dichos y con hechos la revolución de las consciencias, que es lo más eficaz para enfrentar el pensamiento conservador y reaccionario de nuestros opositores.

Y no sólo para eso. Para que se conviertan en irreversibles las conquistas de nuestros tiempos, que todo lo que logremos en beneficio del pueblo no tenga marcha atrás. Y la mejor garantía, el mejor seguro es el cambio de mentalidad de nuestro pueblo porque la gente va a ser la encargada de defender esas conquistas en su beneficio.

Y no olvidar que se debe buscar el bienestar material y también el bienestar del alma, porque no sólo de pan vive el hombre. Es indudable que los seres humanos necesitan bienestar, todos necesitamos vivir bien; nadie puede ser feliz sin trabajo, alimentación, salud, vivienda o cualquier otro satisfactor básico.

Un hombre en la pobreza piensa sólo cómo sobrevivir antes de ocuparse de tareas políticas, científicas, artísticas o espirituales. Federico Engels lo explicó magistralmente en su discurso ante la tumba de Carlos Marx, argumentando que, ‘así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho tan sencillo —según Engels—, pero oculto bajo la maleza ideológica de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte o religión’. Hasta ahí la cita.

Pero el sentido de la vida, sostengo, no debe reducirse únicamente a la obtención de lo material, a lo que poseemos o acumulamos. Una persona sin apego a un código de principios, sin apego a un ideal, a una doctrina, difícilmente consigue la felicidad. En algunos casos, triunfar a toda costa y en forma inescrupulosa conduce a una vida vacía, a una vida infeliz. De ahí que deberá buscarse siempre el equilibrio entre lo material y lo espiritual, procurar que a nadie le falte lo indispensable para la sobrevivencia y cultivar, al mismo tiempo, los mejores sentimientos y actitudes hacia nuestros semejantes.

En fin, nunca dejemos de actuar con mística en nuestro quehacer público, en nuestro quehacer político, ni hagamos nunca a un lado el humanismo y la fraternidad.

Muchas gracias.

 

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