mundo libre– muchas noticias importantes –tal vez las más– son desplazadas a segundo lugar o perdidas por completo. Por ejemplo:
Detrás de esa palabra abstracta de inflación
que está de moda otra vez, se oculta el hecho de que las empresas estadunidenses están gozando de las ganancias más elevadas en 70 años, al cobrar cada vez más a los consumidores, todo mientras la mayoría de trabajadores no han tenido un incremento en sus sueldos en términos reales en cuatro décadas.
Junto con ello, los 704 multimillonarios estadunidenses (con fortunas mayores a mil millones de dólares, aumentaron 1.7 billones de dólares su fortuna colectiva desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020 –incremento de 57 por ciento– para llegar a un total de 4.6 billones de dólares, según el informe más reciente del Institute for Policy Studies y Americans for Tax Fairness. Eso supera por un tercio el valor neto de la mitad de la sociedad estadunidense, unos 65 millones de hogares. A pesar de tanta retórica oficial sobre los nefastos oligarcas
rusos, en Washington se prefiere no hablar tanto de sus contrapartes estadunidenses.
Mientras, un nuevo informe y el primero en responsabilizar a 160 países por los daños ecológicos provocados con su uso excesivo de recursos naturales durante el último medio siglo, concluyó que Estados Unidos es el mayor culpable, seguido de la Unión Europea y otros países de altos ingresos que colectivamente son responsables por 74 por ciento del uso excesivo de recursos, mientras los países del sur global, incluida América Latina, son responsables de sólo 8 por ciento (https://www.thelancet.com/journals/lanplh/article/PIIS2542-5196(22)00044-4/fulltext).
Ésta, como otras noticias recientes sobre la emergencia ecológica que enfrenta el planeta, sólo aparecen brevemente como principales, antes de que una cachetada en los Óscar, o algo parecido, las relega a la sección de ciencias.
Ante ello, el 6 de abril, en la acción de desobediencia civil de científicos más grande jamás efectuada, más de mil científicos participaron en una rebelión
arriesgando arresto en más de 25 países, incluido Estados Unidos, contra instituciones bancarias, gubernamentales y científicas para resaltar la urgencia e injusticia de la crisis ecológica (https://scientistrebellion.com/press/)
Por otro lado, el nivel de censura contra libros impulsada por la derecha no tiene precedente en este país según nuevos datos: en 2021 hubo 729 intentos por prohibir unos mil 597 libros en el país, según la Asociación Americana de Bibliotecarios, con la mayoría de los intentos enfocados sobre libros que abordan o que son escritos por afroestadunidenses o la comunidad LGBT. Según PEN America, en otra investigación, se ha logrado imponer mil 586 prohibiciones contra libros en 86 distritos escolares de 26 estados durante los últimos nueve meses (https://pen.org/press-release/report-1586-school-book-bans-and-restrictions-in-86-school-districts-across-26-states/).
En otra noticia, más de 200 tiendas de Starbucks han solicitado su sindicalización, el doble del número de hace apenas seis semanas; 13 ya lo han logrado recientemente derrotando por primera vez en su historia el intenso esfuerzo antisindical de la empresa. Mientras, el festejo por el triunfo de la sindicalización de la primera planta de Amazon en la historia hace unos días se vuelve un impulsor de campañas similares en otras partes del país.
Nunca en 31 años una guerra había recibido tanta atención de los principales noticieros estadunidenses como la invasión rusa a Ucrania, incluidas las invasiones de éste a otros países en ese periodo (https://responsiblestatecraft.org/2022/04/08/networks-covered-the-war-in-ukraine-more-than-the-us-invasion-of-iraq/).
A veces las guerras pueden servir también para distraer y dejar perdidas otras noticias.
The Beatles. A Day in the Life. https://open.spotify.com/track/0hKRSZhUGEhKU6aNSPBACZ?si=4c30815fc7e34427