Desde antes de la pandemia y la intensificación del uso de Internet, la Comisión de Banda Ancha de las Naciones Unidas señaló que en 2015 que “la violencia de género contra las mujeres y las niñas había alcanzado proporciones pandémicas también en Internet, identificando que 73 por ciento de las mujeres había experimentado alguna forma de violencia en línea, mientras que 61 por ciento de los acosadores en línea se habían identificado como hombres”.
Por su parte, la relatoría especial de la violencia contra las mujeres de la ONU expuso en un informe en la materia publicado que 23 por ciento de las mujeres y las niñas habían sufrido abuso o acoso en línea al menos una vez en su vida, y que por lo menos una de cada 10 había sufrido alguna forma de ciberviolencia desde los 15 años de edad.
El estudio de Plan Internacional publicado en octubre de hace dos años, ya en plena pandemia identificó que casi un 60 por ciento de las niñas y jóvenes de todo el mundo estaban siendo víctimas de diferentes formas de ciberacoso en plataformas de redes sociales, quienes reportaron enfrentarse a esta forma de violencia tan temprano como los ocho años.
Esta mañana, durante la presentación del Informe Ciberviolencia y Ciberacoso contra las mujeres y niñas en el marco de la Convención Belém Do Pará, colaboración de ONU Mujeres, la Iniciativa Spotlight en América Latina y la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de los Estados Americanos, expertas dejaron en claro que este tipo de violencia incluso puede ser más perjudicial, por su capacidad para reproducirse y en tiempo récord.
Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), expuso en la conferencia de prensa virtual, que una encuesta que se hizo en México en 2020 reveló que “alrededor de nueve millones de mujeres han sufrido acoso cibernético” y que son las jóvenes y adolescentes las más expuestas.
Además evidenció que el tipo de violencia digital más frecuente que experimentaron las mujeres fueron “en 36 por ciento insinuaciones y propuestas sexuales, que el doble de lo que reciben los hombres, y solo 11 por ciento denuncian estos hechos ante el ministerio público”.
Añadió que “la violencia en los espacios digitales es igual a la violencia en los otros espacios, está determinada por lo mismo, pero tiene nuevas formas de presentarse, es parte de la continuación de la violencia de género, discriminación sistémica y de la misoginia que ahora va del offline al online “.
Recordó lo expresado por Erika Smith respecto a que “la violencia es la misma, como se perpetua es lo que ha cambiado, dice Erika Smith
“La vida offline que se ha trasladado a estas nuevas maneras de relacionarnos en el mundo virtual, en whatsapp, que hacen vida transcurra en dos dimensiones diferentes”, indicó Luz Patricia Mejia, secretaría técnica del mecanismo de seguimiento de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como la Convención Belém do Pará.
Advirtió que esa violencia evoluciona casi tan rápido como las comunicaciones, y evoluciona también a través de las comunicaciones”.
Lamento que la “violencia que ha sido naturalizada, ahora está en las redes la vida virtual fue aceptada por el covid-19”.
María Noel Vaeza, directora de ONU Mujeres, refirió que antes pensábamos que internet podía ser “seguro, y oh sorpresa desde el año 2015, cuando la comisión de banda ancha de Naciones Unidas, que fue de las primera agencias intencionales en señalar que la violencia de género contra las mujeres y las niñas había alcanzado proporciones pandémcias en internet, y había derivado en que 73 por ciento de las mujeres la experimentaba, y nuestra región no es la excepción”.
Añadió que “los patrones patriarcales de violencia se repiten en la red, por eso es que tenemos que de una vez por todas entrar de lleno al mundo cibernético. En cada mundo que creamos los humanos se va repetir esta pandemia de la violencia en la sombra”.
Añadió que el la región 40 por ciento de mujeres no tiene acceso a internet, y en los ámbitos urbanos 63 por ciento lo tiene, pero en las zonas rurales solo 23 por ciento, “y a pesar de eso la violencia se da en más de un 70 por ciento. Esto debe cambiarse a través de normas sociales”.
Alejandra Mora, secretaria ejecutiva de la CIM, conminó a desnaturalizar todos los tipos de violencia, incluida la que ocurre en redes.
Hay un “continium de violencia que va tiñiendo de la misma forma, y cambia de ropaje, volvemos a hacer el mismo esfuerzo para poder desnaturalizar lo qué pasa, evidenciarlo, generar herramientas, y este es un esfuerzo enorme en los que llamamos la violencia en el espacio digital.
“Se profundizó el uso del espacio online por la pandemia. Todo se trasladó allí, se trasladó la educación, se trasladaron las relaciones interpersonales, las mujeres aja en las campañas políticas en este espacio, los novios y las personas se conocen a través de este espacio. Y el espacio que pudo haber sido, y tener una oportunidad de ser distinto al real, de transformarlo, lo reprodujo y profundizó la violencia y la discriminación”.