Nueva York. Nicaragua tiene un nuevo embajador ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), dos semanas después de que Arturo McFields, en ese momento el embajador, denunciara a su propio gobierno, al que calificó de “dictadura”.
El nuevo Representante Permanente de Nicaragua, Orlando Tardencilla, presentó el viernes sus cartas credenciales al Secretario General de la OEA, Luis Almagro, durante una ceremonia realizada en la sede de la organización hemisférica en Washington, DC.
McFields sorprendió a Latinoamérica cuando, durante una reunión rutinaria de la OEA a finales de marzo, dijo que hablaba para defender a “más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida en mi país desde 2018” y que también lo hacía en nombre de funcionarios obligados a “fingir, llenar plazas y repetir consignas porque si no lo hacen pierden su empleo”.
“Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible”, sostuvo McFields, quien hasta ahora había defendido al gobierno de Daniel Ortega cuando era criticado en reuniones de la OEA.
La relación entre Nicaragua y la OEA no está en su mejor momento: la organización ha aprobado resoluciones pidiendo la liberación de presos políticos en el país centroamericano y reformas electorales. En noviembre Nicaragua anunció que se retiraba de organismo. El ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada, dijo en ese momento que su país se desvinculaba de la entidad por “sus reiteradas acciones injerencistas”, pero la salida del organismo puede tomar meses debido a procedimientos protocolares y acuerdos que deben cumplirse.