Sao Paulo. El encarecimiento de los precios de alimentos y combustibles se encuentran entre las principales causas que ha disparado la inflación a nivel mundial a niveles no vistos en décadas.
En Brasil, la mayor economía latinoamericana, el índice inflacionario registró en marzo una variación de 1.62 por ciento, el dato más alto para este mes en 28 años; en el año el encarecimiento es de 11.3 por ciento, el mayor desde octubre de 2003.
La categoría que más pesó en el avance fue transportes, con un incremento de 3.02 por ciento, “influenciado principalmente, por el alza en los precios de los combustibles (6.70 por ciento), en particular, el de la gasolina (6.95%)”, indicaron datos oficiales. El otro grupo de bienes que fogueó el fuerte avance de marzo fue el de alimentos y bebidas, con una subida de 2.42 por ciento.
El Banco Central ha tratado de contener la inflación con constantes alzas en la tasa de interés de referencia, ubicada desde marzo en 11.75 por ciento y con nuevos incrementos en el horizonte.
Chile registró en marzo un aumento mensual de 1.9 por ciento, el mayor incremento mensual desde octubre de 1993, informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
La misma situación se padece en países de otras regiones. Es el caso de Rusia, donde la inflación se elevó de 1.17 por ciento en febrero a 7.61 por ciento en marzo, el nivel más alto desde 1999, informó el Servicio de Estadísticas ruso (Rosstat).
Los ciudadanos rusos gastan en promedio 40 por ciento de su renta disponible en alimentos, aproximadamente el doble de lo que erogaban antes de la invasión rusa a Ucrania, declaró a Reuters el director de la oficina de enlace con Rusia de la agencia de la ONU para la alimentación.
Grecia registró una inflación anual de 8.9 por ciento, la más alta en 27 años, mostraron datos oficiales. En este caso, el incremento está vinculado sobre todo con el alza en los costos de la energía en el último año.
Inflación en América Latina augura más “medicina monetaria”
Los bancos centrales en América Latina podrían verse obligados a recetar más “medicina” monetaria de lo previsto, ya que la inflación en la región sigue acelerándose, pese a las fuertes subidas de las tasas de interés, lo que ha provocado descontento por el alza de los alimentos y los combustibles.
La inflación mensual de Brasil llegó a un máximo de 28 años, en Chile es la más alta desde 1993, México –con un índice de 7.45 por ciento en marzo– tiene la mayor tasa inflacionaria en 21 años y Perú en un cuarto de siglo.
Según analistas, la situación empujará a los bancos centrales a subir las tasas más rápido de lo previsto, un reflejo de lo difícil que se ha vuelto reducir la inflación, con el aumento de los costos de las materias primas y la guerra en Ucrania que calienta los precios en el mundo.
“La realidad de la inflación está pidiendo más medicación monetaria”, dijo Alfredo Coutino, director para América Latina de Moody's Analytics.
Casi 60 por ciento de las economías desarrolladas tienen ahora una inflación anual superior a 5 por ciento, la mayor desde finales de la década de 1980, y en más de la mitad del mundo en desarrollo supera el 7 por ciento.