Bogotá. La justicia colombiana avaló la extradición a Estados Unidos de Otoniel, el capo del narcotráfico recluido en una cárcel de Bogotá, según resolvió un alto tribunal este miércoles.
"La Corte Suprema de Justicia emite concepto favorable a (la) extradición de cabecilla del Clan del Golfo Dairo Úsuga, Otoniel, a Estados Unidos por delitos de narcotráfico", anunciaron los magistrados en un tuit.
Ahora solo falta la aprobación del gobierno de Iván Duque para la entrega del que es considerado el mayor jefe de la mafia de este siglo.
Duque ya anticipó su intención de extraditar a Otoniel, incluso había pedido a la corte "darle total celeridad a ese trámite".
Dairo Antonio Úsuga, nombre de pila de Otoniel, fue detenido en octubre de 2021 durante una megaoperación policial en una zona selvática del noroeste de Colombia, próxima a Panamá.
Hasta entonces, comandaba el Clan del Golfo, responsable del 30% (unas 300 toneladas) de las exportaciones de cocaína del mayor productor mundial de esa droga.
Desde 2009, una corte del Distrito Sur de Nueva York lo requiere por narcotráfico.
La justicia colombiana también acusa al capo de 50 años de homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores y secuestro, entre otros delitos que habría cometió cuando fue guerrillero y paramilitar antes de convertirse en el narco más buscado del país.
Si finalmente es condenado en Estados Unidos, deberá pagar luego por sus crímenes en Colombia.
El tribunal se reservó el derecho a procesar a Otoniel en un futuro "por crímenes cometidos en el país que siguen curso en justicia colombiana".
En 2017, Úsuga había anunciado su intención de someterse a la justicia, pero la negociación se cayó y siguió delinquiendo hasta congregar a más de 3 mil hombres en su propio ejército.
Las autoridades le respondieron con una feroz persecución. Tras su captura, Otoniel compareció ante un tribunal especial creado a raíz de los acuerdos de paz que en 2017 desarmaron a la guerrilla de las FARC.
En febrero, la policía interrumpió las audiencias por supuestos planes de fuga, aunque la oposición de izquierda cuestionó esta decisión, alegando que el gobierno buscaba evitar que se conocieron los nexos entre el narco y miembros de la fuerza pública.
Pese a que Estados Unidos ha apoyado a Colombia en casi medio siglo de lucha contra las drogas, el país aún sufre la violencia vinculada a esa actividad ilegal. Varios cabecillas del narco han sido extraditados y condenados en Estados Unidos desde los años 1900, sin que eso haya significado el fin de las mafias.