Sao Paulo. Sergio Moro, quien estuvo al frente de la enorme pesquisa anticorrupción Lava Jato en la que resultaron implicados decenas de empresarios y políticos, informó el jueves que dejó de lado sus intenciones de postularse a la presidencia este año.
El ex juez había intentado proyectarse como una alternativa viable en una contienda que posiblemente estará dominada por el ex presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva y el actual mandatario, el derechista Jair Bolsonaro. Sin embargo, Moro fracasó en su intento por ganar popularidad, la cual jamás alcanzó el 10 por ciento de las preferencias en las encuestas.
“Brasil necesita una alternativa para librarse de los extremos, de la inestabilidad y la radicalización”, dijo Moro en un comunicado en el que anunció su decisión de no postularse.
Moro saltó a la fama por su cruzada contra el delito en la que encarceló a personajes que alguna vez se pensó que eran intocables, como Lula , quien actualmente encabeza las encuestas iniciales de cara a los comicios de octubre. En 2018, Moro sentenció a Lula a prisión por cargos de corrupción, con lo que no pudo participar en la contienda presidencial de ese año, la cual ganó Bolsonaro.
Bolsonaro nombró a Moro ministro de Justicia, pero ambos tuvieron después una ruptura pública. Por su parte, Lula fue ex carcelado en 2019 y el Supremo Tribunal Federal anuló posteriormente las condenas contra el exmandatario tras determinar que Moro había emitido fallos carentes de imparcialidad.
Diversos mensajes filtrados y publicados por The Intercept Brazil mostraron que Moro se coludió con fiscales para asegurar una condena en contra de Lula. Moro ha negado haber actuado en forma indebida y señaló que las conversaciones no exponen irregularidad alguna.
Según la prensa brasileña, el exjuez ahora buscará una banca como diputado federal en las próximas elecciones.
“Seré un soldado de la democracia para recuperar el sueño de un mejor Brasil”, dijo Moro en su comunicado.