Los negociadores rusos y ucranios se mostraron satisfechos este miércoles con los avances logrados en su encuentro en Estambul, el martes anterior, y coinciden en que sentaron las bases para un posible acuerdo que ponga fin a esta guerra, aunque reconocen que aún queda mucho camino por recorrer, mientras el ejército ruso siguió su campaña militar en Ucrania, bombardeando incluso Kiev y Chernigov, las ciudades donde prometió “reducir de manera drástica sus operaciones”.
Vladimir Medinsky, quien está al frente de la delegación rusa, señaló que “ayer (el martes anterior) la parte ucrania por primera vez precisó, y lo hizo por escrito, su disposición a cumplir varias condiciones sumamente importantes para construir en el futuro relaciones normales, y confío que de buena vecindad, con Rusia”.
Tras enumerar la propuesta ucrania de renunciar a ingresar a la OTAN, a instalar bases extranjeras en su territorio y a no desplegar armamento ofensivo que pudiera ser considerado por Rusia como una amenaza, con lo cual se compromete a asumir un estatus de neutralidad, siempre y cuando los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y cinco países más garanticen que Ucrania no será agredida por nadie, Medinsky destacó como principal avance:
“Si se cumplen estos compromisos, desaparecerá el peligro de crear en territorio de Ucrania una plataforma de la OTAN”.
Y añadió: “Estos son la esencia, el sentido y la importancia del documento concordado, a un nivel suficientemente alto, por Ucrania. No obstante, el trabajo continúa, las negociaciones continúan”.
Por los negociadores ucranios habló Mikhaylo Podolyak, que escribió en Twitter: “Conclusiones de Estambul: Garantías jurídicas, que aseguran un nuevo perfil de la seguridad para Ucrania (análogo del artículo quinto de la OTAN). Regreso de la problemática de Crimea a la agenda de las negociaciones. Confirmación de la existencia y viabilidad del Estado ucranio. Comienzo de la revisión de los principios globales de la seguridad y del papel de las instituciones”.
Los radicales rusos se indignan
No todos, en Rusia, ven con buenos ojos los avances que confirmó Medinsky y, al estar de plano en contra de que se negocie, volcaron toda su indignación en las redes sociales.
Así, Ramzan Kadyrov, el controvertido gobernante de Chechenia, quien lidera el sector crítico con los funcionarios rusos que promueven una solución negociada, difundió un video en el que afirma:
“(…) Leo en distintos canales de Telegram que Ucrania ganó, que Rusia se retira y que habrá más negociaciones. Somos luchadores y no estamos de acuerdo con estas negociaciones ni con sus acuerdos. Es la voluntad política de nuestro presidente, y así debe ser, pero somos combatientes y pedimos al gobierno, al presidente que nos permita terminar lo que él comenzó” el 24 de febrero.
Kadyrov no es el único que cree que esta guerra debería terminar sólo con la capitulación incondicional de Ucrania. Por ejemplo, el magnate ortodoxo Konstantin Malofeyev con fuertes intereses económicos en el Donbás, al grado de que en 2014 mandó a Ucrania a su jefe de seguridad, Igor Guirkin, conocido por su seudónimo Streltsov, con un grupo de paramilitares rusos, para encabezar la “sublevación” de los habitantes en Donietsk.
En el portal de noticias de su canal de televisión Tsargrad llama la atención este miércoles un editorial que pide “no traicionar a los rusos” y sentencia: “Los resultados de las negociaciones en Estambul con representantes de la junta de Kiev causaron conmoción a millones de rusos, que se preguntan: ¿Es estupidez, error o, incluso algo peor, traición?”.
Armas biológicas
El general Igor Konashenkov, en su habitual rueda de prensa diaria, afirmó que el ministerio ruso de Defensa “sigue estudiando los documentos secretos” que encontró en los laboratorios biológicos que financiaba Estados Unidos en Ucrania y que “permiten establecer la identidad de las personas que participaban en los experimentos para crear armas biológicas”.
De acuerdo con el militar, “se trata de funcionarios y empleados del departamento de Defensa de EU, así como de las compañías que tenían contratos con el Pentágono. Muchas de estas empresas, como demuestran las investigaciones que se llevan a cabo en la prensa extranjera, tenían que ver con Hunter Biden, hijo del actual presidente de Estados Unidos”.
Para Konashenkov, es claro que “el régimen de Kiev tenía planes de utilizar armas biológicas contra la población del Donbás y las regiones rusas colindantes, en particular drones que podrían esparcir sustancias tóxicas”.
Asimismo, el general dijo que la primera fase de la “operación militar especial” no tenía previsto tomar Kiev y otras ciudades grandes de Ucrania, sino “obligar al enemigo a concentrar fuerzas para retener Kiev y Chernigov”, mientras el ejército ruso destruía su infraestructura militar sin “causar a la población civil daños” como hubiera sucedido en caso de intentar ocupar las ciudades.
“Ahora, nuestras tropas podrán concentrarse en otras direcciones prioritarias, entre otras, concluir la operación que tiene como fin la liberación completa del Donbás”, anotó Konashenkov.
Algunas unidades rusas que sufrieron grandes pérdidas en Ucrania se vieron obligadas a volver a Rusia y a la vecina Bielorrusia, un día después que Moscú prometió reducir las operaciones militares alrededor de Kiev y Chernigóv. Vía Graphic News